La política como factor primordial en la obra de Teitelboim

 

 

Jorge Arturo Flores

 

La poesía, la novela, el ensayo, la biografía y las memorias son los géneros literarios que Volodia Teitelboim (Premio Nacional de Literatura 2002) ha cultivado durante su trayectoria literaria. El motivo central de su trabajo “ literario” es la política, ya sea desde la perspectiva ideologizante o como herramienta para la observación social de su país.

 

La tarea literaria propiamente tal

 

Su primera tarea fue realizada a los 19 años dando a luz  “Antología de poesía chilena”, en conjunto con Eduardo Anguita. Libro señero en su oportunidad por la valentía para seleccionar a poetas de desconocido nivel, dejando afuera a ciertos renombrados

La segunda antología se intitula “Narradores chilenos del exilio”.

Pero es en la parte del ensayo biográfico donde Teitelboim ha dado sus mejores pasos, específicamente los relacionados con escritores chilenos, porque también abundan en su bibliografía los relativos al factor político.. Sus trabajos en torno a las figuras de Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges lo presentan como un escritor con algún oficio, meticuloso en la forma y con amplio afán investigador. Su lado débil es la prosa, un tanto enrevesada, lata y poco armónica. A nuestro juicio, su mejor obra en estos terrenos es la realizada en torno a la figura de Vicente Huidobro.

Roberto Bolaño, escritor chileno, dijo sobre Teitelboim: ¿” que obra de este último tiene un cierto valor literario” ¿(EL Mercurio 10.8.02)

Como hombre que ha pasado largamente  los 80 años, era necesario dar a conocer, a través de las memorias personales, todo el bagaje acumulado en su existencia. De esta manera han surgido los dos tomos de memorias, “Un muchacho del siglo XX” y “Un muchacho de edad media” y tiene un tercero en ciernes, “Un viejo del siglo XXI”. También creyó necesario rescatar del olvido las crónicas difundidas a través del éter (Radio Moscú), titulándolas “Noches de Radio” (2 tomos).

Publicó dos novelas: “Hijo del salitre” y “La semilla en la arena”. La primera tiene que ver con la vida del líder social Elías Laferte y la matanza de Santa María. La segunda versa sobre la vida Luis Emilio Recabarren, otro importante hito en la política y lucha social de Chile.

 

 

El factor político recorre su trabajo como escritor.

 

Debido, ante todo, a su extendida tarea como político chileno, perteneciente al Partido Comunista por largo tiempo, su pluma recreó inevitablemente realidades sociales que provocaba el establishment chileno de la época. De esta forma, como lo mencionamos anteriormente, su visión recrea la tarea titánica de Elias Laferte y Luis Emilio Recabarren en los albores de las luchas sociales y el sindicalismo chileno. Aunque él, en entrevistas, ha sido enfático en el sentido de expresar que “jamás acepté escribir una literatura panfletaria”, ciertamente cuesta aceptar esa realidad, dado el motivo central de sus novelas y ensayos. La parte periodística, como él lo acepta,  sí posee esa connotación ideologizante, lo cual es natural, dada su conocida militancia partidista.

El ensayo, por su parte, posee en su generalidad el acento doctrinario.

En general notamos un cierta inclinación hacia la política en su quehacer literario. Ella, que fue la amante de Teitelboim, recorre la mayoría de sus páginas en forma desembozada o levemente advertida. Es algo inevitable en su accionar literario. Es más fuerte incluso que su presunta intención de evitar el panfletarismo. Al parecer es una forma de mimetismo que no pudo evolucionar en debida forma.

Eso le impidió elevar vuelo hacia el firmamento literario.

Esta condición de Volodia Teitelboim , por lo demás, no es ningún juicio condenatorio ni descalificador porque la mayoría de los escritores chilenos han utilizado la misma herramienta en sus producciones, ya sea solapada o abiertamente.

Es un hecho que no puede discutirse.

La diferencia estriba en el talento que se tiene para vaciar la emotividad ideológica en el papel, específicamente en el arte de escribir, haciéndolo trascender, puesto que la política, en sí, no es precisamente un tema que permita cultivar las flores del espíritu….

Esa diferencia es la que la historia valorizará en la obra de Volodia Teitelboim y confirmará o desconocerá el aserto de Carolina Andonie Dracos que, en la edición de El Mercurio del 31 de agosto de 2002, y a propósito del Premio Nacional de Literatura, expresó que el escritor era “considerado como uno de los autores más relevantes de las letras chilenas y americanas del siglo XX”.