Cuentos urbanos de Abel Osorio
Nueva generación

Tu sonrisa


El calor sofocante del vagón del Metro, es cortado por la brisa
de la apertura de puertas.
Subes tú, arrastrada por la muchedumbre, quedando frente a mí.
Tu pecho me presiona, atravesando mi corazón eternamente...
Estoy enamorado...
Me miras con tus ojos negros, como tu pelo y me paralizas.
Repentinamente, desciendes, mientras se cierran las puertas,
dejándome atrapado en el fogoso vagón.
Volteas, y sonríes, con mi vistosa chequera burdeo en tu mano izquierda;
intento llegar al freno, pero tu sonrisa sensual me detiene.
Confundido, te miro mientras te alejas...
Gracias, por destrozar mi corazón...y mi bolsillo.

Leticia


Esa mañana, Leticia se deslizó bajo las sábanas, besando el dormido sexo de
su compañero; entusiasmada y húmeda, sube hasta sentarse sobre el ahora
sonriente rostro de Roberto, exigiendo igual trato en sus partes íntimas.
De pronto, golpean la puerta diciendo:
- Mamá, papá, La Valeria se hizo pipí en la cama...
Los ganosos padres se miran desconcertados y Leticia suelta una carcajada
que contagia rápidamente a Roberto.
Subiéndose su diminuta ropa interior y con una sugerente mirada,
ella le da cita para el próximo fin de semana, pues, ya es Domingo
y se viene el planchado, las compras, el colegio...

 

Mon amour


Subo al Metro, me miras, yo sonrío; el tren se detiene bruscamente; te asustas,
no hablas español; no hablo francés, hablamos en inglés. Eres linda, tus ojos
brillan; te tranquilizas, conversamos, reímos; eres fotógrafa, yo contador; tu
soltera, yo casado; tú me miras, yo te amo; tú me deseas, yo me paralizo, tú te
desilusionas, yo te miro; tú me odias, yo me enojo; miras hacia afuera, yo
también.
Nos bajamos en la misma estación; vas al Sur, yo a la costa; me miras
tristemente, me muerdo los labios...
Nos besamos largamente…
¡Adiós mon amour! ¡Nos vemos en París!

Romeo 2010


Mientras contemplaba el frío paisaje a través de la ventana de la oficina,
en mi cabeza daban vueltas un montón de ideas que no podían ordenarse;
hasta que de pronto, del cielo cayó una luz; me golpeó la frente y me hizo
balbucear en un extraño idioma lo que pensaba.
¿d:u: cwbqvq oq eqv:oq?... nadie me entendía. Salí a la calle preguntando
¿d:u: cwbqvq oq eqv:oq?... tampoco; nadie lograba entender lo que decía
en esta extraña lengua....comenzaba a desesperarme cuando se me ocurrió
una idea que me podía ayudar. Fuí a la catedral, conversé con un viejo cura
y le pregunté:
¿d:u: cwbqvq oq eqv:oq?... algo confundido y con una amable sonrisa me dijo:

"deposita tu limosna allá en ese rincón hijo mío y oremos por tu salvación frente
a este mal que te aqueja..."

No me convenció mucho el curita; así que mejor me dirijí donde un vidente, muy
famoso que vivía al otro lado del río Mapocho.
Al fin dí con su dirección; era una casa bastante añosa y misteriosa, de color
gris, ventanas pequeñas y cubierta de secas ramas de una enredadera que
añoraba encontrar sol, en algún rincón de esa podrida vivienda...

Entré recibiendo un fuerte impacto en la nariz, con el olor de los orines de gato
que vivían en cantidades en ese mal oliente refugio...
¿d:u: cwbqvq oq eqv:oq?...le dije al tipejo cuando me recibió .

Este me miró a los ojos y temblorosomante me dijo: "tu eres el descendiente
directo de nuestra gran líder espiritual Oho, divinidad extraterrestre que nos ha
preparado para este momento. OILAF, te estábamos esperando, eres el
elegido, quédate en esta casa y transmitiremos tu mensaje a los cuatro vientos...

Pondremos un buzón para donaciones...30% para ti y 70% para la casa, por los
trámites, la traducción de tus mensajes extraños, etc…
Yo lo miré algo mareado con el olor a orín y el tufo a vino de tercera categoría
del vidente y lo mandé a la cresta.

Decepcionado y cansado por mi incomunicación, y mientras caía la tarde, me
dirigía a mi casa, cuando de pronto, oigo una música que hacía mover mis
“piececitos azulosos de frío”; era un local con muchas luces que daban vueltas y
vueltas; entré y alguien me pasó un vaso con ron, líquido fuerte y ácido que
comenzó a bajar por mi garganta.

Tremenda fue mi sorpresa cuando a medida que sorbía el líquido elemento, mi
voz empezaba a emitir palabras en español:

¿Cómo cwbqvq oq eqv:oq?

¿Cómo estará oq eqv:oq?

¿Cómo estará la eqv:oq?

¿Cómo estará la Julieta?

Al fin, las personas me entendían, y la gente coreaba a todo pulmón:

-¡¡¡¡más rica que nunca!!!!

Luego, todos bailábamos desenfrenadamente, mientras yo repetía la pregunta:

-¿cómo estará la Julieta?
- ¡¡¡¡más rica que nunca!!!! - me respondían todos hasta terminar en una
frenética danza en que la ropa volaba por los aires y todo el mundo quedaba
calato, calato.......

Esa noche me di cuenta, que Julieta era mi delirio; y aunque sus padres me
odiaran por mi pelo verde y la extensión en la oreja, este Viernes viajo a
Concepción y me rapto a la Julieta.

 


Abel Osorio O. Nació en Santiago de Chile el 28 de Agosto de 1963, estudió en el Colegio Hispano Americano toda la etapa escolar; posteriormente estudió en la Universidad de Santiago.
Participó en la Segunda versión de las Olimpiadas Deportivo-Culturales FESIN 2002 (Federación de Sindicatos de la Ingeniería), obteniendo el Primer Lugar en la categoría Cuentos Cortos.
Participó en la Séptima versión de las Olimpiadas Deportivo-Culturales FESIN 2007, obteniendo el Segundo Lugar en cuentos eróticos.
Ha publicado en Escritores.cl en la seccion Páginas personales y está  pronto a publicar su primer libro.