Segundo Salón del Libro de Gijón
Un espacio para la difusión de la literatura iberoamericana
por Ramón Díaz Eterovic
Gijón, ciudad española ubicada a las orillas del Mar Cantábrico, se destaca por la belleza de sus playas y paisajes, sus casas llenas de balcones y flores, y porque acoge dos de los más importantes eventos literarios europeos: "La Semana Negra" dedicada a la difusión de la novela policíaca y la ciencia ficción y el "Salón del Libro Iberoamericano" que, en su segunda versión, acaba de realizarse entre los días 24 y 30 de mayo, con la participación de una centena de escritores, traductores y editores provenientes de iberoamerica y Europa. La dirección del Salón está a cargo del escritor Luis Sepúlveda, y a su reciente versión asistieron, entre otros escritores, los peruanos Alfredo Bryce Echeñique y Alfredo Pita, la brasilera Nélida Piñón, los argentinos Mempo Giardinelli y Rolo Díez, los mexicanos Carlos Montemayor y Rafael Ramírez Heredia. Chile estuvo representado por Hernán Rivera Letelier, Marcela Serrano, Ramón Díaz Eterovic, Pablo Azócar, Miguel Rojas Mix, Carmen Yañéz, y las editoriales LOM y Cuarto Propio.
El primer día del Salón estuvo dedicado a Chile. Primero, con la inauguración de un busto en homenaje al Presidente Salvador Allende, el que fue instalado en la plaza del barrio de Roces. En la ocasión, el alcalde de Gijón Vicente Alvarez Aceres resaltó la figura histórica del presidente Allende y su aporte a la causa del socialismo y la justicia social en todo el mundo, destacando que el homenaje: "Era una deuda de Gijón con Allende, a su memoria que es un sólido cimiento para la democracia en Chile y España".
La escultura es obra de la artista chilena Mónica Bunster, y es similar a la instalada hace un año atrás en la comuna de La Palmilla, cuyo alcalde era el cineasta Miguel Littín.
Posteriomente, al inicio de las actividades del Salón, se presentaron los libros "Las cosas de Neruda" del escritor chileno Miguel Rojas Mix; "Pinochet, epitafio de un tirano" del periodista y narrador Pablo Azócar, y "Fatamorgana con banda de música" de Hernán Rivera Letelier. En los días restantes del encuentro, los demás escritores chilenos asistentes al Salón participaron en las distintas mesas redondas y foros, configurando una marcada presencia de la literatura chilena en un espacio que se caracterizó por la permanente comunicación entre los escritores y el público presente en la actividad.
No sólo de escritores vivió el Salón Junto a la presencia de los escritores, el Salón del Libro de Gijón congregó a una cantidad significativa de traductores, los que analizaron la importancia de las traducciones en la difusión que actualmente tiene la literatura latinoamericana en Europa. Los traductores, que participaron en el Primer Encuentro Internacional de Traductores, resaltaron su trabajo de creadores y difusores literarios al que calificaron de "un oficio del que depende la supervivencia de la literatura mundial". Entre los participantes se encontraba el griego Kriton Iliopoulos, traductor de Francisco Coloane.
Otra actividad destacada fue la Exposición Fotográfica Progresiva realizada por el fotógrafo argentino Daniel Mordzinski, quien durante los días del Salón fue retratando a los escritores participantes en situaciones que apuntaban a explorar sus personalidades. Mordzinski es un artista que ha fotografíado, entre otros, a escritores como Borges, García Márquez y Ernesto Sábato. Y el cine también hizo su aporte al Salón a través de las películas "Cortázar" de Tristán Bauer y "Soriano" de Eduardo Montes Bradley.
Esta última, de reciente producción, rastrea la vida del notable escritor argentino, autor de "Triste, Solitario y Final" y "Una sombra ya pronto serás", entre otras notables novelas.
Un rasgo destacable del Salón del Libro Iberoamericano fue la masiva presencia de editoriales latinoamericanas, las que mostraron sus publicaciones al público gijones. Uruguay, Cuba, El Salvador, Honduras, Costa Rica, entre una veintena de países. Esta muestra permitió conocer la variada producción editorial del continente, la cual, por carencias de vínculos de difusión e intercambio, sólo es conocida en sus respectivos países de origen, y que gracias al encuentro que generó el Salón permitió concretar acuerdos de intercambio y de publicaciones conjuntas entre distintas editoriales. Asimismo, los responsables de cada casa editorial tuvieron la oportunidad de analizar sus formas de trabajo y las dificultades que enfrentan en su importante quehacer. En los días del Salón llamó especialmente la atención el puesto de la editorial chilena LOM que, encabezada por Silvia Aguilera y Paulo Slachevsky, llevó a Gijón una amplia muestra de sus libros de narrativa, poesía y ensayos.
Otras actividades que dieron sus notas altas dentro del Salón fueron la presentación del libro "La amigdalitis de Tarzán" del escritor peruano Alfredo Bryce Echeñique, quien goza de una amplia y merecida popularidad en España; y el homenaje que se rindió a la editora francesa Anne Marié Metaillé, responsable de la difusión en Francia de un importante número de escritores latinoamericanos, como el escritor uruguayo Mario Delgado Aparaín y los chilenos Francisco Coloane y Hernán Rivera Letelier.
Desde el 24 al 30 de mayo, Gijón se vistió de gala para recibir a los participantes en el Salón del Libro Iberoamericano. Un evento único en su género que, al momento de su clausura, ya anunció una tercera versión, con más invitados y actividades. Sin duda que se trata de un encuentro especial, tanto por su amplitud como por la gran cantidad de personas que recorren susexposiciones y asisten a sus prestaciones de libros y foros. En la despedidapudimos reflexionar sobre dos cosas que nos parecieron significativas.
Primero: La gran presencia que sigue teniendo la literatura latinoamericana en Europa, a través de múltiples traducciones que recogen la producción de sus escritores, continuando la senda que en su momento abrieron los grandes autores del boom latinoamericano, como Benedetti, Cortázar y García Márquez.
Segundo: el aislamiento cultural que sigue padeciendo Chile a donde no llega la producción de la mayoría de los narradores iberoamericanos que hoy en día dan que hablar en España y otros países europeos. Raúl Pérez Torres, Alfredo Pita, Abdón Ubilla, Carlos Montemayor, José Manuel Fajardo, Almude Grandes, Cristina Fernández Cubas, Santiago Gamboa, Pino Cacucci, Manglio Argueta, Paco Taibo II y Bruno Arpaia, son algunos de los nombres que están dando de que hablar en sus respectivos países y en Chile se les ignora.