Poemas
LA ENTERA NOCHE LLENA
Aristóteles España
*

“Un poema es una partida de ajedrez
jugada contra el infinito”
Vicente Huidobro

 

1

EL MOLINO DE SOLDADA Y EL ABRIGO

Como siempre llegaron los molinos
a dibujar sobre soldada un ciervo,
lo dejaron en su puerta
y se marchitaron como dioses sordos por ahí;
el abrigo de soldada cayó
sobre un barranco amarillo;

vino una señorita, luego un diluvio de semen,
un lejano y polvoriento río bajó,
y soldada se creía la historia de los círculos,
con con el pantano
con la fría,
pensaba seriamente en volar como paloma;

después vino el final, entró el molino de nuevo,
con un hueso, con ella;
luego el abrigo del mundo esta vez dió vueltas
y vueltas con la chica.
la guerra abrió su ciervo,
la ciudad se abrió con el molino,
que no sabe la pobrecita,
son ciudad.

2

EL AGUA EN EL DORMITORIO

Es el Agua Oscura que entra al dormitorio
y no deja dormir con mi pueblo;
hay sangre de payasitos de la infancia,
un calendario, un Presidente,
la famosa Agua Oscura rodea la cama con metales.

Veo peces espadas, exiliados en Toronto,
diarios Super Locales, con escritores negros,
médicos llenos de poesía, documentos!,
prepucios con números griegos;

concursos, grandes concursos!,
el Agua Oscura se ve arrepentida;
cerca del televisor hay imágenes
con profesores de sintaxis
que dicen Exactamente La Verdad,
se burlan de nuestro poemas de Metafísica Pura,
artesanales Odas al Poder Central, al fatídico Platón.

Se ríen. Dicen: “Eres un orgasmo colectivo”,
aparece un túnel en el Agua Oscura del dormitorio.

Veo sal, postes, una parte del mundo está ahí
e ingresa a la Voluntad Popular
con una bandera llena de Glibenclamida,
el olor a gallinas de Punta Arenas, de cebollas en órbita,
todo es sueño, bilis: el error poético, ay!

3

DETALLES DE LA DECADENCIA

Es el tiempo de los espejos que caminan,
de los señores feudales y los perros feudales,
el tiempo de la miseria individualista,

es el tiempo de las utopías escondidas en el armario,
de los objetos laicos sin pintura,
de calendarios que tienen color negro;

es el tiempo de los pastores sin rebaño,
el de las tribus europeas con propaganda de jabón,
el tiempo de todo para mí, para mí, claro;

el tiempo de los ejércitos sin hipótesis ni balas,
el tiempo de los felices sin anestesia,
el tiempo de poemas para enfermos de amor;

es el tiempo de hojas que se pudren en casa,
el de mucha espera en las bibliotecas y bares,
el de reencuentros sin objetivos ni pasiones;

el tiempo de los grupos cerrados y las hormigas,
el de apóstoles y héroes que no leen ni beben,
el de los cristos hechos a la medida del paciente.

4

POEMA REALISTA PARA ENCANTADOS

El poema sale de su rincón encantado,
el poema elitista, incomprensible,
sale a los ojos de la multitud
y queda mirando el iris de la masa,
el reflejo de la masa,

con un tono de profesor,
con un acento que escapa
a los hombres comunes y corrientes,
con sus números exactos de poema amoroso,
de poema escolar, de poema épico,

tiene la sombra de uma égloga, de um soneto,
y sale a volar entre la muchedumbre y em el Individuo,
con sus mensajes de poema político,
con sus piernas de poema erótico,
un poema chilenísimo, un poema mexicano,

un poema que tiene nariz de oda,
olor a cazuela de ave doméstica,
con sus adjetivos que son los huesos,
y las palabras que corren como la sangre
de un cordero degollado en el matadero
clandestino de un pueblo chilote,
en el sistema nervioso, en el sistema político,
un poema para todos,
un poema para nadie,
como su merced lo ordene.

5

LA LINEA DIVISORIA

Pienso en lo que sobra detrás de cada pregunta
o de cada hueso en forma de alma,
o en bote a vela por cifras chilena raras,
óleo, Ámsterdam, un rostro cansado de su sexo;
en la patria que me diste en nuestra cama,
en todos esos hijos que lloras cuando duermes:

si vieras las miradas del exilio
entre tanta multitud
gritando “yo creo”
diríamos juntos
que el paraíso está en el bar del frente.

Miro el gris de la calle Venezuela y el humo, oh!,
las tiendas donde los gitanos piden pizzas,
los funerales del padre Bernabé
las encíclicas de Buenos Aires.

Pero más: lámparas a ras del piso,
los cervezas con gusto a diciembre,
cruces en todas las habitaciones,
castillos, inclemencias,
pequeñas estaciones entre el deseo y la miseria,
esa distancia entre la dulzura y el hielo.

6

ELLA CAE POR LA VENTANA

Ella cae por la ventana y ve un señor
con un mordisco de perro en la boca,
y luego una mariposa que dice “Cielo de Dios”,
y cuando da un paseo,
de puro elegante Ella empieza a menstruar;
sus poros emiten un sonido muy fuerte
como de bocina de barco de guerra
y mira la ventana con aire de resignación.

Con una mueca entre la angustia y el miedo,
ve más sueños de ciudades autoritarias,
y una ancianita que le dice “Hola Ella”,
mientras Ella cae, cae y cae,
por una claraboya de la metrópolis,
que tiene una mujer,
una caricia, que viene a llorar justo ahora.

Como si te fueras a morir y el gin derramado
en nuestras camas no fuera gin,
y el viento que ahuyentó este sexo
dijera “no puedo”,
y una cumbia rica se hiciera muy polvo,
tus penas se confundieran en la calle,
dijeran “todo en religión es peor”,
y cayera el dolor de este pueblo sin Ella.

7

MIEDO

Dibujar por segunda vez un animal
con los dedos del pie derecho abierto,
y decir útil, para que de los pajarracos
salga una pluma y un huesote
que se esconde entre el follaje
de tu cuarto y el muro donde bufas,
después de la tercera canción,
tus perros babosos dan los buenos días;
pobre sed, larga chiquilina,
con ovarios extranjeros;
dónde están las caminas?.

Porque después del mañana,
el quinto domingo de cada mês,
tú dibujas una pianola
y quieres ser feliz,
quieres ser bella; la vida, y tarea.

8

EL TERCER POEMA EN EL CUARTO

Es el último de aquel vientre blanco,
repleto de profecías.
no tiene otra intención que volver al testimonio.

He visto como está aislado en la viga
de tu palabra
se desplaza entre una mirada y
una atmósfera como de otoño.

Al fondo, una danza de huilliches prisioneros,
todo como crónica para un periódico,
escarbando en lo lineal;
este último poema es una flecha que sale disparada.

Después: el grito que no se puede pronunciar,
la bestia oculta entre una línea.
Han hecho una hoguera, Apollinaire,
en el abismo.

No estamos palpitando con la Creación.

Es el misterio.

Es el estallido;

lo que nos aproxima.

9

LA ULTIMA QUE VI UN GUSANO

La última vez que vi un gusano fue en la calle Nª4.
Tenía un diente, tenía una pistola que salía por sus ojos.
Y adentro de un baúl Super Largo estaba La Mujer.
Estábamos tranquilos porque a esa hora
los Personajes lloraban como locos.
Nada en la Novela. Nada en el aeropuerto.

Qué gusano con más espinas en su cuarto!

Porque retumbaban en las paredes los gritos

de muchos prisioneros

y La Mujer con un dedal en la puerta

decía que ahora todo el fin.

Lejos, como la portada de Dios Padre,
entrábamos a un laberinto donde esa voz
de la calle Nª4
maldecía como Trinidad;
como Trinidad; el hijo no fue.
Cómo qué gusano, que no ves?.
Las Calles con Toque de Queda
en el vientre de la mujer.

Por qué esperas el nicho.
Que se te crucen los pelos?.

Ayúdame a bajar!. LA ESCALERA.
Mucho de nosotros.
No tenemos galería, perro.

La última vez que vi un gusano
fue en la calle Nª4.

Casi no éramos tristes, mentira.

10

MUJER RELINCHANDO EN EL LAGO

Cuando viene esa mujer relinchando por el lago
y quieres ser muerte, quieres ser cariño,
quieres ser terrible,
una que la ve, va y dispara para que esa mujer
no entre relinchando al diositoteamo,
ni pueda influír en las demás mujeres
Y ESTAS A SU VEZ RELINCHEN Y SUBAN
AL LAGO COMO SI FUERA EL TECHO DE SUS CASAS.

Y desde allí, cambien de color, y digan sí a moribundos,
y anuncien la nueva tempestad como ciertos evangélicos
en las esquinas de los pueblos,
y sigan relinchando para que la escuchen
las piedras y las olas, y las cosechas vivan con su relincho
y todo el universo empiece a relinchar enloquecidamente,
y del monte relinchos, del mar relinchos,
de las ciudades relinchos
y por la avenidas las mujeres ya no muestren sus muslos
ni sus escotes sino relinchos adornados
por capas de agua y paraguas llenos de relinchos.

Y al verlas de ese modo, quieras ser
cállate:
quieras ser
Ratón;
quieras ser parte – parte,
Y una que la ve, VA.

 

 

* Nacido en Castro, Aristóteles España es licenciado en derechos humanos en el Instituto Argentino por los Derechos del Hombre, y tiene estudios en comunicaciones y guión cinematográfico. Ha publicado entre otros libros Incendio en el silencio (1978), Equilibrios e incomunicaciones (1980), Dawson (1985), Contra la corriente (1989), El sur de la memoria (1992), Poesía chilena: la generación NN (Antología, 1993), Los pájaros de post-guerra (1995), Tardes extranjeras y otros poemas (1998) y Materia de eliminación (1998). En 1983 obtuvo el Premio Gabriela Mistral de la Municipalidad de Santiago; en 1985, el premio especial Rubén Darío por el libro Dawson, del Ministerio de Cultura de Nicaragua y en 1998, el Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile y el Consejo Nacional del Libro por Materia de eliminación