Diego Muñoz: Recuerdos de la Bohemia Nerudiana.

por Ramón Díaz Eterovic.

 

Ilustración de Omar

 

Conocido por sus cuentos y novelas, Diego Muñoz Espinoza ocupa un lugar destacado en la narrativa chilena del siglo XX. Sus cuentos recogidos en libros como "Malditas Cosas" y "De tierra y de mar" han sido antologados en múltiples ocasiones; "De Repente" fue elogiada por Neruda como una notable novela breve, y sus novelas "Carbón" y "La Avalancha" son dos importantes aportes a la narrativa social chilena. En la primera se recrea la sufrida existencia de los mineros de Lota, y en la segunda, los hechos políticos que determinaron la caída del dictador Ibañez, el año 1931.

 

Diego Muñoz nació en Victoria, el año 1903, y murió en Santiago, en el mes de abril de 1990. Abogado, periodista y escritor, durante toda su vida fue protagonista del quehacer literario, tanto por su obra como por su participación en la Alianza de Intelectuales y en la Sociedad de Escritores de Chile. Ese protagonismo queda demostrado en sus memorias "Recuerdos de la Bohemia Nerudiana" que acaban de ser publicadas por la naciente editorial "El Juglar Press", y presentadas en la Biblioteca Nacional por Luis Sánchez Latorre, Volodia Teiltelboim y el autor de estas notas.

 

Memorias de título engañoso, porque si bien en muchos de sus pasajes hay ricas e inéditas anécdotas referidas a su amistad con Pablo Neruda, el libro abarca a un sinnúmero más de personajes del ambiente literario y artístico de comienzos de siglo. Las "Memorias" de Diego Muñoz son una atractiva invitación para recorrer viviencias de una época particular de nuestra literatura -la de comienzos del siglo XX­ de la mano de anécdotas y reflexiones que nos van recreando a una colección singular de poetas y escritores, encabezados por Pablo Neruda, Juvencio Valle, Alberto Rojas Jiménez, Tomás Lago; y pintores como Acario Cotapos e Isaías Cabezón. Los afanes poéticos, las discusiones literarias, las luces y sombras de un amplio conjunto de escritores están presentes en estas páginas que se leen con fascinación, tanto por la vitalidad de lo que se cuenta, como por su prosa ágil, llena de buenas observaciones, humor y humanidad.

 

Diego Muñoz se nos muestra como un testigo activo de una época que revive en sus palabras y nos alumbra con el encanto de lo auténtico. Un libro para conocer momentos especiales de nuestra literatura y que, entre otras refexiones, no hacen pensar en la solidaridad y compañerismo que animó en algún momento nuestro ámbiente literario. Solidaridad para compartir obras iniciales, premios, trabajos, copas de vino; para derrochar dinero y tiempo en farras interminables, para expresar en definitiva el vínculo, los diálogos, la capacidad de entendimiento que se supone debe existir entre quienes comparten un oficio. Algo que desde luego tiene que ver con la época en que vivieron su bohemia juvenil Diego Muñoz y sus amigos; una época tan distinta a la actual y que en las páginas de sus "Memorias"irradia con especial atractivo. Memorias para leer y releer. Para conocer hechos y personajes de la historia literaria, Para celebrar que hoy adquieran vida impresa, y que debieran servir para reactualizar la obra de Diego Muñoz, ponerla al alcance de los lectores actuales y otorgarle el reconocimiento que injustamente se le negó en vida.