NUEVAS PUBLICACIONES DE DOS

AUTORES MAGALLANICOS

por Ramón Díaz Eterovic

 

Punta Arenas, con excepción de Santiago, debe ser una de las ciudades de

Chile donde más libros se publican, sin perjuicio de lo cual, por problemas

derivados de la lejanía y de la carencia de adecuados medios de

distribución, poco se conoce en el resto del país de su incesante movimiento

editorial. Entre otros títulos, en los últimos meses se han publicado los

libros de Pavel Oyarzún "Patagonia, la memoria y el viento", y "Boris y las

ratas" de Dinko Pavlov.



Pavel Oyarzún ­Punta Arenas, 1963­ es un poeta cuya obra posee

características que la distancian de los textos que caracterizan a las

promociones más recientes de poetas chilenos. Su poesía está enraizada en el

pasado, específicamente en la historia de la Patagonia, la que evoca desde

una perspectiva crítica. Oyarzún ­autor de los libros "La cacería" y "La

jauría desquiciada"­ acaba de publicar la que probablemente sea su obra más

ambiciosa hasta el momento: "Patagonia, la memoria y el viento". "Vivo en

la patagonia, debo morir en ella" afirma Oyarzún en "No hay otro Dios",

texto que sirve de prólogo y eje a sus poemas, en los que recorre y

reconstruye distintas etapas de la historia patagónica, desde los tiempos

remotos en que era habitada por los onas y alacalufes, hasta los inicios del

siglo veinte, época en que su interés se centra en las luchas obreras

patagónicas, como la revuelta de Puerto Natales en el año 1919 y la Huelga

de Santa Cruz (1923) que en su momento relató con gran acierto el

historiador argentino Osvaldo Bayer en su obra "La Patagonia Rebelde".



La poesía de Pavel Oyarzún es la épica de los anónimos y desposeídos

habitantes originales de la Patagonia, a quienes define como "los muertos

más olvidados de la tierra, con nombres olvidados, con tumbas perdidas, con

dioses que no viven y gobierna". Seres de carne y hueso a los que presenta

en la traquilidad de la pampa patagónica y luego, en el enfrentamiento con

el hombre blanco que, en definitiva, los llevó a su extinción. En su poesía

hace una propuesta consistente, una nueva forma de poetizar Magallanes y su

historia, con acentos donde se evidencia la influencia del también poeta

magallánico Rolando Cárdenas ("Poemas Migratorios"), pero que en definitiva

encuentra una expresión propia, profunda, que conmueve e inquieta. Pavel

Oyarzún construye una poesía de versos seguros, con imágenes logradas y

capacidad para transformar las referencias históricas en textos que invitan

a la reflexión. "Patagonia, la memoria y el viento" es la obra de un poeta

que ha encontrado su voz propia, y también, representa un buen momento para

los nuevos cauces de la poesía magallánica.



Por su parte, "Boris y las ratas" es un eslabón más en la ya amplia obra

literaria de Dinko Pavlov, la que incluye poemarios como: "Escape

imaginario" y "Sigo vivo" y el libro de cuentos "Códigos perdidos". En los

cuentos de Pavlov llama la atención algo que parece una constante en la

narrativa magallánica de los últimos años, y que no es otra cosa que la

incorporación de sus espacios urbanos, y dentro de éstos la presentación de

personajes que, de un modo u otro, recrean esas anécdotas cotidianas que dan

cuerpo a la vida magallánica actual, y que se apartan del paisajismo o de

las historias de ovejeros y aventureros que caracterizaron una brillante

época de la narrativa magallánica, que tiene sus puntos más notables en los

cuentos de Francisco Coloane y Osvaldo Wegmann.



Nos referimos a cuentos que por sus temas nos parecen reconocibles,

cercanos, que permanecen en nuestros recuerdos, sobre todas las cosas, por

la humanidad que contienen. Es el caso del cuento "Desde mi patio", en el

que el desarrollo de Punta Arenas es visto desde la perspectiva de un viejo

camión abandonado; "La fiesta de despedida", que recrea la figura del

dirigente sindical natalino Ulises Gallardo; o "Yate Cóndor Manday" donde

nos encontramos con la distorsionada imaginación de un guardia costero. Tres

ejemplos de un conjunto de cuentos en los que, más allá de sus logros o

defectos de estructura y lenguaje, resalta la voluntad del autor de contar

historias atractivas, que recrean el paisaje humano y urbano de Magallanes.