Pérez Santiago, autor de culto

Por Sergio Badilla

Ha comenzado a trascender en los diversos ámbitos adscritos a la cultura chilena y latinoamericana, y especialmente en el literario, que el escritor Omar Pérez Santiago (Pancho Pérez Santiago) pertenece a esa bandilla de autores de culto, leído por iniciados y recomendado de boca en boca en las guaridas más diversas, donde se trocan y permutan múltiples iconografías y discursos. La singularidad innovadora de sus textos y las temáticas que componen sus enunciados lo asimilan a la cultura de la hibridación, del cruzamiento de espacios y a la desavenencia con los estilos estatuidos

Corren los años 80, la década de la desideologización y la desacralización de las ideologías. Transmutado ahora a la doctrina punk viaja por Islandia buscando antecedentes de las sagas islandesas, se empapa de un espíritu medieval entre escritos y parajes, vive meses entre glaciares y geiseres, asimilando el misticismo ártico y estudiando las runas nórdicas utilizadas por las viejas culturas autóctonas. Sus afectos y experiencias, en esta etapa de mudanzas, crisis y quimeras están contenidos en el libro de cuentos: Memorias eróticas de un chileno en Suecia.

En Malmö, la urbe más austral de Suecia, integra el grupo literario Aura Latina y también La Pandilla de Malmö, un grupo de escritores de influencia punk. que inician su trasiego literario, en esta época escribe directamente en sueco, tanto en los diarios, como también su propia prosa y publica entonces la novela "Malmö är litet", impactando, con esa sátira social, a la comunidad literaria e intelectual de la metrópoli. También es guionista de dos films: Plikten y La Novia de Borges.
En los 90, con la llegada de la democracia, que constituye una seria reforma a la convivencia de la sociedad de su país natal, vuelve a Chile y, entre otras cosas, participa en el Centro Nacional de Cómic y allí activa la elaboración de una escultura gigante del popular comic chileno, Condorito, como una forma de darle contenido a la cultura de la diversidad y vivificar los íconos populares, en la avenida más importante de su viejo suburbio: la Gran Avenida. También publica la primera novela-comic chilena," Negrito no me hagas mal" y dirige la revista Sólo Comic.

Una de las asignaciones que mejor le cabe a Omar Pérez Santiago, por su desapostolizada exploración de espacios desemejantes y la lucha por causas perdidas es la de postmoderno Los postmodernos suelen ser transnacionales, cosmopolitas y quijotes, nada tiene precio, pero sí todo tiene mucho valor en un contexto fuera de trama y argumento.

Su perenne y decidido escudriñar lo ha llevado a trabajar bajo las influencias del cine, el cómic, la música rock y la televisión, fenómenos mediáticos e idiológicos que aparecen en sus novelas o cuentos ya sea como parodia, a veces como pastiche, o simplemente como escenarios intercambiables.

Para un personaje posmoderno, en lo literario, con vigorosas raíces en lo latinoamericano, en lo híbrido y en lo figurativo, sus antecedentes inevitables son Borges, Cortázar o Cabrera Infante. Suele exteriorizar una actitud paródica y burlesca ante la novela moderna, la cual, para su concepción de mundo constructor, en su conjunto, debe ser una antología de recursos articulados donde no se prescinde de ningún artificio posible como por ejemplo el uso de la parodia, el eufemismo, la descontextualización, etc. Es por eso también que Pérez explora el lenguaje del humor y de la ocurrencia y los acentos del erotismo y de la perversión, como actos simbólicos.

Su obra "Memorias eróticas de un chileno en Suecia", como muchos libros postmodernos, puede ser leída, con una opción totalizante o fragmentaria, es decir, como un volumen de cuentos o una novela. La ficción de Pérez Santiago, casi como mirada obsesiva, suele girar alrededor de la naturaleza femenina; su intimidad, sus interpelaciones a la sensualidad, la pudicia resuelta de la mujer emancipada. El autor se intercala, se fusiona, o se intermedia, a través de un personaje-poeta que Pérez inventa e intercala en sus obras. En este sentido, la sugerencia del autor implícito es que el protagonista sufre las mismas peripecias del autor, partiendo del modelo post - renacentista de la novela picaresca española.

La novela-cómics "Negrito, no me hagas mal" es una obra innovadora porque, no sólo se apropia del lenguaje estereotipado del cómics sino, porque plantea la subversión como elemento textural y va más allá de descripciones críticas a la sociedad contemporánea, cuestionando la cultura y las formas de pensar de ciertas capas culturales endogámicas. "Negrito, no me hagas mal" es una meditación onsciente sobre la función que debe tener la literatura sobre sí mismo.
Para finalizar habría que sentenciar a Pérez Santiago a una capilla tutelar, como lo hacían los griegos con sus creadores que dejaban escuela tras de sí, y decir, que pertenece a una generación que intenta suavizar las fronteras territoriales y estéticas por intermedio de sus tramas coloquiazantes, sus urdimbres intemporales y sus personajes híbridos y pérfidos.


Sergio Badilla, poeta, periodista, antropologo y profesor universitario.
Director de Extensión de la universidad La República