Poemas de Armando Uribe

Armando Uribe, Premio Nacional de Literatura 2004, vuelve a publicar desde que lo hiciera el año pasado. Esta vez presenta el libro “Baba”, que se incluye dentro de la colección “Grandes Escritores” (en la que ya están ilustres como Juan Emar, Vicente Huidobro y Poli Délano) de la Editorial MAGO, y será presentado en la 30° versión de la Feria Internacional del Libro de Santiago, a realizarse entre octubre y noviembre.

POEMAS

Odio todas las máquinas y sus pompas
De felicitaciones, y las mecánicas
De satisfacción de necesidades,
Y las quirúrgicas, a condición que rompan
Con las festividades psicosomáticas
Y se limiten sobrias a maldades.

Mis tonterías en la prosa
banal, acostumbrada a la gramática
(diría, si supiera, «a la sintaxis»,
Pero no sé lo que es: rima con «taxis»
De asientos con resortes vencidos por la ciática
De juzgados del crimen. Mala cosa.)

Yo, lo mismo que Job, pero culpable,
pasé en los purgatorios primitivos
(penitenciarios) toda mi «existencia»
—¿por qué no dices: «vida»? —Penitencia
verbal no vale para muertos-vivos
Como el que habla aquí ahora en punto.
No hable.

¿Cómo va a interesarme supremamente
leer sobre medidas de seguridad
«adoptadas», tenidas por inútiles
O supuestamente útiles
Tomando en consideración la deidad-
divinidad del Presidente de USA?
(Demente.)

Me fui poniendo cada vez más tonto
Figúrense mi cara y mi cuerpo con manchas
Reacias al jabón, desmanchadores
Piedras pómez y atómicos reactores
Mirándome en espejo que maquina revanchas
Gracias a máquina de versos, que invento y promociono.

 

[Cfr. A. Rimbaud, El Poeta de 7 años, creo]

«Inteligente, muy inteligente» (dijo Rimbaud,
creo, de sí). Muy poco inteligente,
digo, sin «creo», yo de mí. Creyó
bien el Poeta. Yo soy mala gente
Él, el Poeta, igual o peor que yo
de cerebro o de mente, yo demente.

Nada me extraña, ni los terremotos
(Pensé a propósito del último, otra
vez se movió la tierra, «el universo»
Pensé mientras atroz decía en verso
lo mismo), ni los versos con su costra
que muestra tontería y dientes rotos.

Agua que no has de beber proverbial
dice el refrán que la dejes correr
Pero lo dices mal
No la dejas correr,
te ahogas, te es mortal,
es como una mujer.

No quiero razonar en poesías
sin poesía pero con razones
que no tienen razón, sino soplido
de aire de mal aliento las encías
duelen como decir: trillones de billones
estando en la pobreza y en la inopia fundido.

 

[Cfr. Aspecto de Nicolás I, hijo de Alejandro I]

Las bellas caras de los buenos mozos
de la historia, los hijos de los emperadores
reproducidas de pinturas, luego
fotografiadas —esto no es un juego
cultural, ya que no están para que los adores
De polvo son, sobre huesos babosos.

 

[Cfr. de Dostoievski]

Teniendo catorce años el Espíritu
del Subsuelo infectó mi propio espíritu
(de años setentaiséis al día de hoy)
en el libro de cuentas de delitos
por pecado mortal —a lo que voy
es a culpar a los mismos que imito.

Cómo se engaña el poeta creyendo
que escribe poesía —no la escribe:
Compone figurines con recortes
de papel de periódico o reportes
sobre lo que le ocurre o que concibe
como tema de sueños —o leyendo.