Poetas de doble nacionalidad: Selectos de Fernando Lamberg

Por Alfredo Lavergne

 

La labor de www.escritores.cl no limita exclusivamente con el mundo literario clásico. Este portal colabora con el qué hacer cultural contemporáneo, con los escritores de la XIV Región de nuestro Chile, publica escritores inéditos y publicados. En este contexto una vez más nos permite abrir y recuperar una voz poética… hoy nos canta un chileno-venezolano, Fernando Lamberg:

En una entrevista que ofreció el cubano Juan Nicolás Padrón al poeta Alejandro Lavquen, nos comenta; la obra de Fernando Lamberg -una acertada crítica a la oligarquía-.

No basta con leer, con ir a las librerías, con buscar en las bibliotecas, con escarbar en los apoyos que guardan los libreros de usados, hay que indagar en poesía para calar en el silencio que castiga los versos latinoamericanos. Hay que investigar largo tiempo antes de redescubrir poetas como Fernando Lamberg. Los poetas no debemos permitir que el olvido, que la “política clientista” nos borre ningún colega. No hemos hallado todo... pero estos poemas, son parte de su obra y su bibliografía.

Como crítico literario, monseñor Fidel Araneda Bravo (1906-1992), nos dejó esta visión de la labor poética del poeta chileno-venezolano; - La poesía de Lamberg es clara, con notas de alegría y tristeza; pero siempre sincera y profunda, porque surge limpia de un corazón sin doblez-.

 

Contradicción

Si dices sí no dices no.
Quizás dices quizás y entonces
dejas fuera esas dos palabras.
Si alguna vez dices tal vez
no usas el sí ni el no,
esos rotundos signos contrarios.
Sin embargo recuerdo a María Rosario.
Todavía guardo en la memoria
La contradicción que había
Entre sus hermosos ojos y hermosos labios.

 

Tu fotografía

Es una realidad la perspectiva
y es una ilusión la perspectiva.
En el cuadro del célebre holandés
la calle se dirige hacia la iglesia
y la iglesia -como es natural-
se halla al final de la famosa calle.
Pero si tienes un gramo de picardía entiendes
que el cuadro es plano
y la iglesia este en la misma superficie que la calle
De tal modo, en tu fotografía
la nariz se adelanta a las pupilas;
pero cualquiera sabe que esa imagen
con su color y su ampliación no tiene el relieve
del rechazo que me diste esta mañana.


Satanás

Quien se oponga a nuestros planes es Satanás.
Lo reconocemos por el tridente,
por los cuernos de la frente
y porque después de entrenarlo
y sentarlo a la derecha
se convirtió en nuestro enemigo de repente.


El antiterrorista

Debemos combatir el terrorismo.
Pero para eso hay que sembrar el miedo.
Nada mejor que decir que existe el demonio
y sus partidarios irán al infierno.
Para combatir la violencia
usaremos la violencia.
Lanzaremos bombas de racimo
que envían sus fragmentos a todas partes
y cuando ni una partícula de vida exista
habremos terminado con los terroristas.


LOS NIÑOS INVISIBLES

Lo importante no era el crimen.
Lo importante era ocultar la imagen del crimen.
Cuando alguien lanzó la orden de bombardear la ciudad inocente,
cuando alguien ordenó matar niños, ancianos, mujeres
y algunos desesperados combatientes.

El ataque llegó de improviso
con las mortales alas de la alevosía.
Se afirmó que solamente se alcanzarían objetivos militares.
Evitarían los daños colaterales.
Por desgracia una bomba de racimo al estallar
causa consecuencias imprevistas.
No importaba que se ejecutara el genocidio.
Las instrucciones pedían mantenerlo escondido.

Para los invasores el crimen no televisado
perdía su condición de crimen.
Las manos teñidas de sangre seguían siendo limpias.
Los dientes de las bestias no destrozaban vidas.
Se ordenó volver invisibles a los niños.
Ni sus cuerpos ni sus rostros debían ser conocidos.
Niños que apenas comenzaban su camino.
Sólo algunos soles compartieron sus juegos.
Sólo algunas lunas alumbraron sus sueños.
¿Quién llorará la muerte de niños invisibles?
¿Quién puede condenar lo que no ha visto?

El patriota de un país lejano presentó ante las cámaras
la imagen de esos rostros y esos cuerpos,
aquellas víctimas en el lugar del crimen.
Entonces los guardianes de la honra del imperio
lanzaron gritos mas allá del cielo.
Se manchaba el borde del traje del asesino;
se ensuciaban las botas imperiales.

Todos sabían que la ambición fingía ser libertadora y defensora.
Nadie ignoraba que la codicia arrasaba el territorio.
Por esa codicia lanzaron a los niños a las cavernas sombrías.
Por esa codicia la inocencia fue destruida.
Los canales de comunicación no debían mostrarlos.
Los mensajeros tenían que esconder el mensaje.
El patriota de un país lejano dijo que esos niños habían existido
y dejaron de existir bajo la violencia.
Con el pretexto de atacar el terror
se extinguió la llama de esas vidas.
¿Quién podía creerle a quien mostraba una verdad escondida?
Los asesinos quedaron tranquilos.
Ojos que no ven no pueden condenar.
Lo importante no era el crimen.
Lo importante era ocultar la imagen del crimen.


Camellos y bombardeos

En camellos la nafta se transportó a Bagdad,
no para encender la lámpara de Aladino
sino para prender cualquier otra lámpara.
No sabían los camellos
que siglos después serían reemplazados por motores
sedientos de petróleo
y en lugar de brillar las lámparas
arderían poblaciones destruidas por la codicia
Mientras los motores consumían petróleo
Supuestamente en nombre de la justicia.


Águila

El águila poderosa sufre la desdicha
de servir de imagen de la injusticia.
En la naturaleza

Los animales siguen leyes inmemoriales.
No es el odio el que guía las garras
sobre los corderos; no es la ambición
la que derriba ovejas.
Nunca ha pretendido el águila dominar
ni indicar los caminos.

La codicia humana vuela
a destruir lejanas tierras,
desata interminables males
y luego miente descaradamente
diciendo que el águila tiene
alas imperiales.


Fábula del vaso de leche

En la Exposición Internacional de Arte Animal
el pavo real presentó su descubrimiento.
En su viaje por Europa había encontrado
una vaca holandesa de extraordinario talento.
En el centro del salón principal
rodeada de reflectores se exhibía la obra:
un vaso de leche de varios metros de alto
titulado Pureza.

El pavo real explicaba en el catálogo,
ante los periodistas y los camarógrafos
la riqueza del mensaje,
la sencillez del símbolo,
la transparencia de la línea y el resplandor del color.

El público se detenía asombrado
ante el colosal vaso lácteo
que por supuesto mereció
la Gran Medalla de la exposición.

El ternero contemplo en silencio
el descomunal monumento
y no dijo lo que pensaba pero lo pensó:
- El pavo real dice que esta obra tiene un gran valor artístico.
Para mí solamente tiene un gran valor nutritivo.


LA HOJA BLANCA

Una hoja blanca brilla bajo la luz de la lámpara.
Brilla como la nieve o como la luna.
Espero a una mujer y quiero entregarle un poema.
Un poema que logre borrar la ofensa.
Sin querer dije algunas palabras absurdas.
Y esas palabras la hirieron.
Ojalá olvide y regrese.
Sea como sea, creo que volveremos a encontrarnos.
Contemplo la hoja mientras intento
escribir con tiza blanca sobre una pizarra blanca
o trazar unas letras sobre el ala de un ave
o grabar una línea en una nube.
Pasa el tiempo. Sopla el viento en la ventana.
sobre la hoja cae una sombra.
Ya sé. Ella está de pie junto a la lámpara.
Comprendo que volvió sin rencor.
En su rostro adivino una sonrisa.
Olvidó o perdonó la ofensa.
Y la sombra de ella sobre la hoja blanca es el mejor poema.


Vida

Hermosa es si duda la primavera
y la risa de amigos y muchachas.
Ante nosotros se extiende el camino
y desconocemos sus hojas verdes.

Playa y sol el verano. ocio y trabajo.
Los días se deslizan al galope.
Tal vez hijos, la lealtad de una esposa
y los árboles colmados de frutos.

Con el otoño llegan los recuerdos.
Acaso hubo un error y a nuestro lado
pasó la verdad sin decir palabra.

La nieve con su resplandor extingue
la postrera luz y todo termina
como el último verso de un soneto.
abriendo puertas y ventanas.


Reflejos

Vivimos entre imágenes.
La óptica y la acústica enseñan
que frente al sonido la luz es más veloz.
Sin embargo,
una voz puede llegar antes que un rostro.
Si grito ante mi imagen
el espejo es el eco de mi rostro
y el eco el espejo de mi voz.


Fruta

Muerdo esa fruta que vi crecer,
pasar del verde al amarillo,
recibir los saludos de la luz y del agua.
Siento su sabor ácido.
No me guarda rencor
ni se defiende
como si comprendiese
que su destino es unirse a mí,
que la elegí por que me gustaba.
Pienso que en el jardín
debiera surgir una muchacha
que se dejara morder
con esa dócil acidez.


PASTOR

El vendaval llegó al aprisco
y las ovejas del recuerdo,
no de un rayo espantadas,
mas del presente sí dudosas,
volvieron a otro tiempo.
Quería retenerlas,
pero ni al silbo ni al cayado obedecieron.
Pensé que si la agreste zampoña
no retuvo tu paso,
menos podía cautivarlas.
Ellas hicieron bien;
aunque toda la lana del rebaño
no lograría entibiar tu corazón de mármol.


Chilenos en el mundo
marzo de 2006


El viento de la dictadura
lanzó a muchos chilenos fuera del país
pero no impidió que ellos llevaran
la patria en el alma y lanzaran su semilla
en los más distantes lugares.

Verdejo en Berlín, Machuca en Amsterdam,
Soto en Hong Kong, González en Vietnam,
Jiménez en Moscú, Montesinos en Irán,
Olavarría en Praga, Carrasco en París,
tantos exiliados en los campos de América.

Y por todas partes fueron apareciendo las empanadas,
las humitas, el pastel de choclo, la cazuela de mariscos
y por encomienda viajaban los locos y el cochayuyo,
el orégano y el luche, los piures, el mote, los huesillos,

En Egipto aparecieron los picarones y en China las sopaipillas,
en Estocolmo el tinto con duraznos
y en Irlanda el blanco con frutillas.
Se prepararon intentos de curanto en olla,
de prietas con puré, de orejas de chancho, de chupe en lebrillo,
y en sitios tan lejanos escucharon que iríamos al tiro,
que como Colo Colo no hay
y se oían los discos de Violeta y de Víctor
y los poetas recordaban Chillán y Antofagasta,
Santiago y Valparaíso.

En otros paralelos se habló de chilotes y araucanos,
de nortinos y sureños,
de la cacha de la espada y la madre del cordero,
de la laguna de las tres Pascualas,
del atorrante Pedro Urdemales, del trauco y las pincoyas.
La cueca taconeó con el aro aro de Ña Pancha Lecaros
y en nombre de O'Higgins y en nombre de Allende
se abrieron plazas, calles y avenidas.

Al llegar a un lugar de fiesta
algunos aseguraban que se parecía a El Rosedal
y una muchacha hermosa había escapado del Bim Bam Bum.
Por supuesto ninguna montaña era más alta que el Aconcagua,
ningún lugar más frío que el salar de Atacama,
ningún manto más sagrado que el de la Virgen de Andacollo,
ningún santo más heroico que San Sebastián de Yumbel,
ni flor más bella que el copihue
ni pingüinos más hermosos que los de nuestra Antártida
y cachai compadre que estamos vivos
y algún día regresaremos porque la dictadura va a caer
y nos sentaremos en el Mercado Central de Santiago
o en cualquier otro mercado
y aunque hayan demolido Las Tejas
volveremos a tomar un buen vaso de chicha
porque no hay mal que dure cien años
y una gran alegría vendrá después de la desdicha.


Un dibujo en la arena
mayo de 2006


Esa tarde en la playa el sol apenas se veía
tras unas nubes de color ceniza.
Después de soplar en la mañana el viento había cesado.
Me acerqué a un árbol,
quebré una rama y empecé a dibujar
tu delgada silueta.
Con el pie corregía algunas líneas
y quería dejar en ese sitio tu figura.
Nunca he sido un hábil dibujante
pero, muchacha de ojos grises,
allí quedaron tu cintura y tus caderas,
tus hombros estrechos y tus largas piernas
hasta que empezó a subir la marea.
En pocos momentos el agua borró
hasta las últimas huellas del diseño,
deshizo tus tobillos e inundó tu cabellera.
Las olas se llevaron esos trazos
mientras el sol se hundía con las últimas nubes
como se hunde un presentimiento en el océano.
Al mirarnos supimos el futuro.
Volvió a soplar el viento.
Desde esa tarde las líneas comenzaron a borrarse
y nuestro amor fue apenas un dibujo en la arena.


Guernica
junio de 2006


Si se pudiera rescatar
un solo retrato del siglo veinte
sería "Guernica".
No se divisan los aviones,
no se ve caer las bombas
no se escucha el estruendo de los bombardeos;
pero el dolor crece como una ola
y el hombre que yace con la espada rota
y la madre con el hijo muerto entre los brazos
nos recuerdan que desde hace milenios
han pretendido apagar con fuego
la sed del pueblo.


Historia de una metralleta
agosto de 2006


Un cubano llamado Fidel
viajó al extremo austral de América,
a un país de larga y estrecha geografía.
En su isla tropical había sido el vencedor de las batallas,
el hombre que llegó al poder por la violencia,
el tumbador de la tiranía.

Ahora era el huésped de un chileno llamado Salvador,
de un hombre que llegó al poder con el sufragio popular,
con el mandato que el pueblo le entregó,
con un mandato que juró defender hasta la muerte.

Y el cubano, el combatiente de los cañaverales,
regaló al chileno una metralleta,
un arma ofrecida al guardián de los códigos,
al protector de la Constitución,
al parlamentario, al director de asambleas y sesiones.

Los mandatarios se estrecharon las manos.
Salvador agradeció el obsequio.
- Una metralleta para usted, presidente.
- Sabré usarla, comandante.

Luego Fidel regresó a su isla.
En el sur la tormenta se avecinaba.
A la tierra chilena llegó el golpe de la infamia
apoyado en las alas imperiales.

Traidores nacionales y extranjeros
hicieron que el palacio de gobierno ardiera en llamas
mientras dentro moría un puñado de valientes.
El que mantuvo hasta el último momento el respeto de la ley,
el que nunca permitió la injusticia de la fuerza

Tuvo que empuñar las armas.

¿Vale la pena defender los códigos
frente a la furia de los asesinos?
¿Es posible mantener la ley
ante las serpientes y las hienas?

Con la metralleta Salvador logró detener un tanque.
Los aviones volvían a pasar lanzando su carga siniestra.
Después de combatir durante horas
el Presidente de la República de Chile,
el compañero Allende,
se alejó en un momento de los otros combatientes.

Conocía la maldad de los enemigos,
El siempre defendió la dignidad de su país y su persona.
No quiso que las águilas sedientas bebieran su sangre,
que los verdugos del Imperio quebraran sus huesos,
que lo hundieran en un sótano antes de envenenarlo.

Vivió por el pueblo y para el pueblo.
Este día moría por el pueblo y para el pueblo.
Moría sabiendo que mas allá de las balas,
más allá de la derrota momentánea y las heridas del odio
se abrirían las anchas alamedas.

Apoyó el canon de la metralleta contra su barbilla y disparó.
Desde la isla tropical Fidel había llevado un regalo,
un arma que paso de héroe a héroe,
un arma para defender la paz del pueblo y su grandeza
y que ahora disparaba una ráfaga inmortal
sobre el corazón de América.


POEMA EN BLANCO Y NEGRO

Un error de muchos años sigue siendo un error.
Llamar blanca a la inocencia y negra a la perfidia
sigue una tradición pero no una verdad.
El blanco puede ser señal de una traición
y el negro ser la huella de la lealtad.
Una simbología obsoleta va por falsos caminos.
En el ajedrez la dama negra en la casilla negra
puede darte la victoria
y la dama blanca en la casilla blanca
hundirte en la derrota.
Negro es el color de un científico ante el microscopio
y blanco el color de un asesino con una metralleta.
Negro es el carbón que mueve las máquinas
y blanca la nieve que las detiene.
Negra es la sartén familiar
y blanca la mesa sin sopa y sin pan.
Negro es el color de la letra que enseña
y blanca la página que no tiene letras.
Blanco es el fósforo que quema a los niños
y negra la noche que los protege.
Negro es el vestido de las viudas heroicas
y blancos los colmillos del lobo carnicero.
Durante el siglo XX
y a comienzos del siglo XXI
una casa Blanca en el norte de América
representa el símbolo de la infamia.
Por eso propongo
que con un puño poderoso de amor
derribemos ese castillo de la perfidia
y en su lugar levantemos la Casa Negra de la hermandad
la Casa Negra de la paz, la Casa Negra de la alegría.

 

 

Fernando Lamberg (Valparaíso -1928), profesor chileno-venezolano, con trayectoria en poesía, cuento, teatro y ensayo. Radicado en Venezuela desde 1976. Ganador entre otros del Premio Municipal de Poesía de la Municipalidad de Santiago (1966), Premio de Poesía Casa Las Américas (1973) y Premio Municipal de Teatro Fundarte (2000).
Fernando Lamberg fue director de la Sech durante las presidencias: Guillermo Atías 1964-1965, Francisco Coloane 1966-1967 y Luis Merino Reyes 1970-1971.

Poesía.
Naturaleza artificial. Chile, Santiago, Ediciones Sucos, 1954.
Testimonio (1947-1948). Chile, Santiago, Ediciones Surcos, 1954.
El universo engañoso. Chile, Santiago, Editorial Universitaria S.A., 1964.
Poemas australes. Santiago, Litoral, 1965.
La innumerable humanidad. Ediciones SIDE, 1968.
Señoras y señores. Cuba, La habana, 1973. (Premio Casa de las Américas)
Hasta siempre, Valparaíso. Caracas, Venezuela: Ediciones Surcos, 1986.

Librerías. Editorial La Espada Rota, Caracas, Venezuela, 2000.
Espera y Giros. Abril del 2005.

Biógrafo de Pablo de Rokha: La obra poética de Pablo de Rokha. Memoria de grado. Chile, Santiago, Edic. Zig Zag, 1952. Vida y obra de Pablo de Rokha. Chile, Santiago, Edic. Zig Zag, 1966.

Teatro: El que construyó su infierno, 1952. El periodista, 1957. "La dramaturgia Chilena Actual", Revista Literaria de la SECH, año IV N# 8, septiembre, 1960.