El presente
artículo tiene como fin analizar el prólogo* de la antología
de cuentos a cargo de Alberto Fuguet y Sergio Gómez titulada McOndo
a la luz de los postulados de Bernardo Subercaseaux (Ver “Identidad
y destino: el caso de Chile” En: Literatura Chilena Hoy). los que tratan
sobre la cohesión social y la globalización. La finalidad de
este análisis radica en la posibilidad de revelar, en el prólogo
de McOndo, una apelación identitaria y de pertenencia conforme a un
mundo globalizado.
Para comenzar sería interesante señalar que este prólogo
de Fuguet y Gómez evidencia una admiración sin límites
de todo lo perteneciente a la globalización o al neoliberalismo en
desmedro de todo lo que se parezca al realismo mágico. Así,
se perfila una nueva generación literaria donde existe un realismo
virtual que sirve para el destape de las realidades individuales y privadas
de unos escritores que se preocupan de narrar la multiculturalidad globalizada:
Si hace unos
años la disyuntiva del escritor joven estaba entre tomar el lápiz
o la carabina, ahora parece que lo más angustiante para vivir es elegir
entre Windows 95 o Macintosh[...] en McOndo hay McDonalds, computadores Mac
y condominios, malls gigantescos[...] digamos que McOndo es MTV latina porque
Latinoamérica es MTV latina, es Televisa, es Miami [...], la CNN en
español.
Como podemos apreciar estas aseveraciones sobre nuestra identidad están
lejos de las señas tradicionales de un específico cultural chileno,
como las ramadas, Violeta Parra, o la cordillera de los Andes. El giro que
se propone en el prólogo guarda relación con la conformación
de identidades en el consumo de bienes que integran y diferencian simbólicamente
a los usuarios, en torno a un cierto tipo de ropa, a una marca de computador
o a cierto tipo de música.
Cabe destacar que este prólogo está inserto en una antología
de distribución internacional donde si bien, se pretende rescatar lo
estrictamente latinoamericano incorporando a Bolivia, Colombia, Costa Rica,
Ecuador, Perú y Uruguay con un cuento por cada país; a Chile
con dos cuentos y a México, Argentina y España con tres cuentos
respectivamente, llama la atención que dentro de sus pretensiones ya
mencionadas se incluya a escritores de España, ya que pareciera que
más allá de pretender situar lo estrictamente latinoamericano
se buscaría internacionalizar lo más posible el producto literario
con el fin de tener un mayor alcance en el mercado global de la lengua castellana
lo cual tiene su correspondencia en los productos globalizados que forman
parte de las narraciones de esta antología, por ejemplo, los juegos
de video, las marcas famosas de ropa, los discos compactos, etc. reflejando
así la vida de jóvenes integrados a un sistema de consumo. Estos
escritores, como bien diría Bernardo Subercaseaux, se sienten “más
próximos a una comunidad internacional de jóvenes que a la sociedad
nacional a la cual pertenecen”. Pareciera que lo preponderante para
ellos se encuentra en el hecho de narrar la multiculturalidad globalizada
de la nueva ciudad sea ésta chilena y/o latinoamericana de fin de siglo
y la que continuará complejizándose en el próximo milenio.
Cabe destacar que en esta mirada enmarcada en la globalización no hay
ninguna narradora mujer entre los antologados en McOndo a pesar de una vasta
literatura y discusión sobre el género a partir de esa misma
década en América Latina, así que cuando Fuguet se refiere
a McOndo como un libro incompleto, parcial y arbitrario podemos entender el
por qué de su afirmación. Al respecto señala: “La
elección de quienes participan en este libro es dudosa, antojadiza
y teñida del favoritismo que se le tiene a los amigos. En McOndo hay
mucho de esto; no podía ser de otra manera.” Dentro de esta amplia
pero limitada visión de Latinoamérica, que podría constituir
el libro McOndo se encuentran temas como la homosexualidad y el Sida tratado
por el escritor argentino Rodrigo Fresán, quien se encarga de problematizar
el conflicto entre una preferencia sexual asumida y un fundamentalismo familiar
y católico que obstaculiza la expresión libre de la homosexualidad,
todo esto mostrado a través de letras de música y poemas entre
otros discursos. Otro autor que trata el mismo tema es el escritor peruano
Jaime Bailly, quien retrata a un obsesivo personaje homosexual el cual persigue
sus deseos circulando por condominios de lujo, McDonalds y comerciales internacionales.
Como podemos apreciar está presente la incorporación de la temática
relacionada con la preferencia sexual de los personajes hombres. Sin duda
habría sido interesante también apreciar esta temática
desde una perspectiva femenina. Es cierto,
además, que muchos personajes de esta narrativa se mueven en una escenografía
donde hay
publicidad nacional/multinacional y toda la maravilla virtual concebible que
no gozaron los jóvenes de las generaciones precedentes, con lo cual
podemos inferir que estos jóvenes escritores ocuparían, quiérase
o no, un lugar dentro de la narrativa chilena de fin de milenio.
Pues bien, una vez caracterizado este prólogo- manifiesto (aunque Fuguet
aclare que no alcanza para tanto) estamos en condiciones de relacionarlo con
los postulados de Bernardo Subercaseaux con respecto a la cohesión
social y a la globalización.
Es importante hacer notar que Subercaseaux afirma que en nuestro país
existiría un nuevo escenario en que sobresalen las identidades locales
o microidentidades por sobre la identidad nacional , detectándose en
las últimas décadas y en la llamada “globalización”
algunas nuevas apelaciones identitarias. Entre ellas la de la ciudadanía
como consumidora, afirmada en los malls y en el consumo compulsivo. Además,
el autor sostiene que nuestro país padece de un déficit de espesor
cultural lo cual incide en una identidad nacional no integrada desde el punto
de vista cultural. Pues bien, en esta escena contemporánea, además
de operar factores de integración social de carácter étnico
o demográfico, se encuentran los medios de comunicación de masas,
particularmente la televisión abierta o por cable, con lo cual empezamos
a trazar relaciones con la temática del prólogo a McOndo, ya
que, según Subercaseaux, programas como el del Rumpy o según
nuestro punto de vista como MTV latina generan un proceso de pertenencia y
apelación identitaria, incluso con el uso de un determinado lenguaje.
Estaríamos ante instancias, “McDonalds, Televisa, Festival de
Viña, Festival de cine de la Habana, Gardel, Cantinflas, el Chapulín
Colorado” (Fuguet, p.9) que nos ofrecen un “nosotros”que
estarían “satisfaciendo necesidades de pertenencia y participación
difíciles de lograr en una sociedad atomizada e individualizada”
. Sin embargo el autor recalca que la cohesión social y las identidades
generadas por vía de los medios de comunicación, si bien constituyen
un “nosotros” colectivo, conforman, en términos de persistencia,
de cohesión y de espesor, identidades de un pathos de corto alcance
en comparación con aquellas que tienen una base étnica o demográfica.
Ahora bien, estas nuevas identidades son las que estudiosos como Néstor
García Canclini han llamado identidades nómades, desterritorializadas,
fragmentadas, híbridas o también identidades locales. Se trata
de voces e identidades que son evidentes en la juventud visible del país.
De esta manera, basándose en la presencia de identidades nómades
o locales, se afirma que la nación viene experimentando un deterioro
como contenedora de lo social y que viene siendo remplazada por equipos deportivos,
corrientes musicales o modas.
En este punto cabe situar el prólogo de McOndo, como una apelación
identitaria señalando tres observaciones respecto a este nuevo escenario:
lo primero es que el texto revelaría un clima intelectual de época,
que bien podría denominarse como posmodernismo, caracterizado por la
carencia de utopías, por el pensamiento débil y por una cierta
proclividad a lo múltiple y a lo heterogéneo, lo cual es señalado
por el mismo Fuguet:
Los más ortodoxos creen que lo latinoamericano es lo indígena,
lo folklórico, lo izquierdista [...]. Mercedes Sosa sería latinoamericana
pero Pimpinela, no. ¿Y lo bastardo, lo híbrido? Para nosotros,
el Chapulín Colorado, Ricky Martín, Selena, Julio Iglesias y
las telenovelas (o culebrones) son tan latinoamericanos como el candombe o
el Vallenato. Hispanoamérica está lleno de material exótico.
Temerle a la cultura bastarda es negar nuestro propio mestizaje.
Desde esta perspectiva el tema de las identidades se ha volcado al recate
de identidades locales e híbridas, evitando así la reducción
de los distintos modos de ser chileno, argentino, brasileño, a un paquete
de rasgos fijos y arcaicos, a un patrimonio monocorde y ahistórico.
(Subercaseaux, 1997)
Un segundo aspecto que cabe señalar tiene relación con la vía
del mercado (musical, audiovisual, canal por cable, etc) como fenómeno
de integración social y de constitución de identidades. Ante
lo cual tenemos en McCondo un fiel representante donde las identidades locales
desempeñan un rol significativo en el plano de la expresividad social:
Nuestro país McOndo es más grande, sobrepoblado y lleno de contaminación,
con autopistas, metro, tv-cable y barricadas[...] Acá los dictadores
mueren y los desaparecidos no retornan, el clima cambia, los ríos se
salen, la tierra tiembla y Don Francisco coloniza nuestros inconscientes
En este contexto
cabría en efecto preguntarse ¿Qué significa la constitución
de una identidad cultural o de un “sí mismo” en torno a
un determinado programa de televisión o a un determinado estilo musical?
Ante esta pregunta hay que reconocer que el predominio de la massmediatización,
la internacionalización y la organización audiovisual de la
cultura, constituyen un escenario complejo en que se rompen las viejas demarcaciones
culturales y emergen dinámicas de hibridación de culturas y
subculturas que dan lugar a identidades nuevas y múltiples sin el apego
a las viejas territorialidades nacionales. (Subercaseaux, 1997)
Un tercer aspecto que cabe mencionar tiene que ver con la globalización
como el fenómeno pujante en el proceso relacionado con la generación
de nuevas identidades, constituyéndose como un problema, en el caso
de Chile, por su debilidad en el espesor o hibridez cultural, ante lo cual
se nos presenta un proyecto narrativo ideado en parte por Fuguet quien emplea
el correo electrónico, el fax y el carrier para contactarse al exterior
con jóvenes, que pronto comprobaría, se sitúan en un
contexto literario irregular, mezquino y sufrido por lo cual el gran tema
que lo motivo en un principio ¿Quiénes somos? Enmarcado en una
identidad latinoamericana pareció dar paso al tema de la identidad
personal es decir, ¿Quién soy?, Lo cual sirve de como punto
de partida para el establecimiento de redes de relaciones entre una aldea
global y un “sí mismo” que apenas se conoce y pertenece.
La reflexión que nos queda es si la manera empleada por Fuguet constituye
la forma más adecuada y afortunada para caracterizar el discurso de
una identidad latinoamericana o en realidad sólo sirve como un show
selectivo donde los narradores de una antología sirven de excusa a
un escritor-recopilador adicto al consumo y a la fiebre privatizadora mundial.
* Fuguet, Alberto;
Sergio Gomez (eds.). Presentación del país McOndo. En McOndo.
Barcelona: Grijalbo, 1996.