Rasgos
biográficos
Nació
en Santiago de Chile en el año 1896. Estudió en el Colegio
de los Padres Franceses. Colabora en Las Ultimas Noticias, revista Zigzag
y Diario Ilustrado. Trabaja en la Caja de Crédito Hipotecario,
donde jubila en 1950.A partir de entonces se radica temporalmente en Viña
del Mar. Fundador de la revista de Chile en Argentina. Fue uno de los
creadores de la Sociedad de Escritores de Chile. La presidió en
1939. También uno de los organizadores de la Primera Semana del
Libro Chile en 1933. Fue artífice para la institución del
Premio Nacional de Literatura (1942). Perteneció a la Alianza de
Intelectuales de Chile, al Instituto Chileno Colombiano de la Cultura,
al PEN Club y a la Comisión Chilena de Cooperación Intelectual.
Representó a Chile en España en los tiempos de la Guerra
Civil
Muere a la edad de 85 años en 1981. Sus restos fueron velados en
el Club de la República.
El escritor
Novelista
y cronista, Alberto Romero proviene de una familia tradicional de Chile,
es decir, poseía una situación acomodada, difícil
de encontrar en la mayoría de sus pares. Conoce iguales en Alberto
Blest Gana, Luis Orrego Luco y Joaquin Edwards Bello. Provisto de una
sensibilidad social que lo caracterizó toda la vida, (que se despertó
cuando hizo el Servicio Militar), se sumergió en el mundo “de
los hombres caídos que habitan espacios sórdidos y viven
existencias sin salida” (Maximino Fernández).
Después de su horario de trabajo, durante la noche, Romero salía
a recorrer la ciudad, observando el submundo urbano, grabando los caracteres
y personas, buscando alimento para nutrirse de una realidad que no era
la suya, pero que la hizo tal y la plasmó en sus escritos.(Una
forma de investigar que se parece un poco a la del escritor chileno Mariano
Latorre y, guardando las debidas distancias, Proust). Le interesaban los
personajes anónimos de la ciudad, las personas sin destinos, sumergidos
en sus miserias. No hizo denuncia en su trabajo, sino se apegó
a un naturalismo que fue necesario en su época para que la sociedad
se cerciorara de una situación que no contemplaba o asumía.
Para ello, es minucioso e investigador. Utiliza en su quehacer un estilo
recio, duro sin aditamentos. Muestra y describe con cierta distancia,
como González Vera, aunque su trabajo toca fondo en el corazón
del lector. No es una obra panfletaria ni se convierte en denuncia social,
reiteramos, aunque la temática, de por sí explosiva, pudiere
llevar a pensar que transitar por esos caminos.
Su obra maestra es La Viuda del Conventillo. Es la vida de doña
Eufrasia, la viuda del conventillo, sus malhadados amores con un joven
que luego se transforma en rufián, los problemas de su hija Mena
y la imagen del italiano comerciante que ama en silencio, un dibujo acertado,
dolorido, fuerte, que emociona. Hay otros personajes secundarios: hampones,
policías, borrachos, prostitutas, rufianes, peones, donde el odio
y el amor, además de la sobrevivencia, son factores que inundan
la vida de los seres hundidos en la miseria económica y espiritual.
El criollismo urbano y popular de Romero, ya sea en su temática,
caracterización, ambiente, habla, etc. conoce otros referentes
en Marta Brunet, Luis Durand, Juan Godoy, Nicomedes Guzmán, Alfredo
Gómez Morel, Armando Méndez Carrasco, Luis Rivano, Luis
Cornejo.
Alberto Romero es uno de los grandes escritores chilenos. Los ecos de
su ardua y permanente labor literaria aun perviven en nuestros días
(Sociedad de Escritores de Chile, Feria del Libro y Premio Nacional de
Literatura). No obtuvo en vida, mereciéndolo, al igual que otros
grandes como Vicente Huidobro y María Luisa Bombal, el citado Premio
Nacional.
Libros
publicados
Alberto Romero
publicó ocho novelas y dos libros de crónicas. Su temática
se reitera en su producción novelesca, aunque no daña la
perspectiva artística del escritor.
Memorias
de un amargado, 1918
Buenos Aires espiritual, 1922
Sililoquios de un hombre extraviado, 1925
Soy un infeliz, 1927
La Tragedia de Miguel Orozco, 1929
La viuda del conventillo, 1930
La novela de un perseguido, 1931
Un Milagro, Toya, 1932
La mala estrella de Perucho Gonzalez, 1935
España está un poco mal, 1938
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