ALGUNOS
APUNTES SOBRE POESIA
Recordemos
amigos que se escribe porque se tiene que escribir. Porque se
está enfermo de poesía y porque también se
tiene la secreta y bien humana esperanza de ser algún día
reconocido, por la calidad de sus escritos.
Pero
primero digamos que se es poeta porque se es poeta. Y nada más.
No
hay que escribir poemas para convertirse en poeta. Hay primero
que ser poeta, la poesía viene sola después.
Quien no ve la poesía como una verdadera diosa; quien no
se sienta irresistible y aterradoramente tentado por sus deslices
y secretos, no puede ser un poeta.
La poesía le duele a los poetas, como un aguijón.
Ella los desvive, los impulsa, los desnuda, los consume, los inquieta.
Es una compañera atroz.
En el fondo la poesía es el producto de una gran confabulación:
la confabulación entre la palabra y el poeta.
Ni el poeta ni la palabra hacen poesía separados el uno
del otro.
La palabra está cargada con poderes propios, pletórica
de vida, y el poeta es el instrumento que la descarga y armoniza.
Así no cabe, por ejemplo, proponerse escribir una oda a
esto o a esto otro, porque en ese caso se trata solamente de ejercer
un oficio, y el oficio sólo no basta para que la poesía
nos visite.
La
verdadera poesía siempre se escribe de a dos: entre la
palabra y el poeta.
Es
un dejarse ir para encontrarse, un acto mágico y maravilloso
que es capaz de mostrar la vida tal cual es.Esa es la mística.
Luego viene la transpiración. Ese trabajo frío y
arduo sobre el poema; ese quitar todo lo que sobra y agregar lo
que falta. Porque casi siempre mucho sobra y algo falta.
Alguna
vez afirmé que la poesía era una cuchillada directa
al corazón, porque los verdaderos poetas saben que la poesía
no es un juego.
Puede que la poesía sea impopular y hasta completamente
absurda e inservible para muchos, pero un juego, eso nunca.
Para los poetas la poesía y el aíre son lo mismo.
Ella transgrede y supera todas las urgencias, porque es casquivana
y celosa como una mujer que quiere ser siempre la primera y la
única.
Ella quema a quien toca y lo transforma.
En ella la vida se revela y se muestra siendo tal cual es. No
es explicativa, ni siquiera razonable.
Es sugerente, ella se recrea al sugerir.
Y en realidad no tiene ninguna función práctica.
Es intrínsecamente inservible.
Pero es, eso si, la vida misma que se ofrece al que quiera recibirla
y esté dispuesto a vivirla.
Además, no tiene apellido ni mucho menos alcurnia.
Es simple y salvaje como ella misma.
Así
que ¿ Qué quieren los poetas ? ¿ Escribir
poesía ?
Que
confabulen con la palabra.
Que
escuchen lo que ella tiene que decirles.
Que
transpiren podando sus poemas.
Que vivan estoica
y valientemente el dolor que ella produce y se complace en producir.
Lo
demás son cuentos de gato.
Cuentos
de vieja.