Entrevista : Reynaldo Lacámara

Conversación con Reynaldo Lacámara, Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH). Por Alfredo Lavergne

Reynaldo Lacámara nació el año 1956 en Santiago de Chile. Vivió su infancia en la ciudad de Rosario, Argentina. De regreso a Chile, residió en las ciudades de Curicó (1970-1982) y Linares (1982-1984). Desde 1985 reside en Santiago. Estudió Ingeniería Electrónica en la Universidad Católica de Valparaíso. Preside la SECH desde el año 2006.

Bibliografía. Huellas Humanas, 1989. Desde la más clara Orilla 1995. Pasajes de Otoño, Editorial LOM, 1997. Lota Sobre la Tierra, 2000. Esta delgada luz de tierra, Pequeño Dios Editores, 2007 y La Columna, Ediciones Cortina de Humo, 2008.

Nos juntamos con el poeta en Santiago, Almirante Simpson 7, local de la SECH y “Casa del Escritor”. Específicamente en el segundo piso, lugar desde donde preside el gremio de los escritores chilenos desde 2006.

Durante la gestión de Reynaldo Lacámara se ha trabajado por la integración de todos los escritores, talleres literarios de y para los socios, organizó el Encuentro Internacional de Escritores 2007 y personalmente es el motor, hoy junto al Directorio de la actual SECH, de la propuesta de anualidad del Premio Nacional de Literatura y para recuperar la representatividad de la SECH en dicho premio.

En una entrevista al periodista Mario Casasús nos comenta; - Este es un tema muy querido por los escritores chilenos. A estas alturas resulta tragicómico que en la deliberación del Premio Literatura más importante que entrega el país, no exista representación real de los escritores-.

Mientras preparamos los café que nos acompañarían en la conversación, anuncia; - Que en trabajo con las autoridades correspondientes, se ha logrado para que antes de marzo del 2009, se vote en el Congreso Nacional la reincorporación de un jurado SECH en la elección del Premio Nacional de Literatura .

Él con dos cucharadas de azúcar y yo una, para comenzar con la primera pregunta:

 

AL: Dos de los socios de la SECH recibieron el Premio Novel de Literatura, Gabriela Mistral (1945), Pablo Neruda (1971) y cuenta con no pocos galardonados con el Premio Nacional. ¿Háblanos de la historia del gremio que presides?

R.L.: Los escritores en Chile, talvez seamos los agentes culturales mejor instalados en el imaginario colectivo de nuestra gente. Ocurre un fenómeno sintomático en relación a lo anterior: cualquier chileno, no importa su edad o su ubicación social, se siente representado por sus escritores. En el caso específico de Mistral y Neruda (especialmente con éste último), existe además una apropiación social que trasciende en mucho lo meramente literario. Podríamos establecer una analogía, entre lo planteado, y lo que se refiere a la presencia de la Sociedad de Escritores de Chile en la vida nacional por más de 75 años. Nuestra entidad es reconocida y asumida como un espacio de fraternidad literaria, pero al mismo tiempo en ella también se reconoce a un actor protagónico en aquellas áreas donde, inevitablemente, la literatura se entrelaza con el ser humano situado, a veces en coordenadas existenciales dramáticas y dolorosas. Así quedó demostrado durante la Dictadura Militar, a través del compromiso de la Sociedad de Escritores de Chile con las víctimas de la represión política, el retorno a la democracia y los DD.HH en su integralidad. Eso nuestro pueblo no lo ha olvidado. Los escritoresestuvimos donde había que estar. Del lado de la verdad y la justicia.

AL: Sabemos que Presidente y directores de la SECH son socios no remunerados. ¿Cómo subsiste y quiénes apoyan económicamente el gremio de los escritores?

R.L.: Nuestros costos operativos anuales los cubrimos por medio de tres vías: una subvención otorgada por el Ministerio de Cultura, otra subvención otorgada por la Municipalidad de Providencia y finalmente con lo recaudado por concepto de cuotas pagadas por los socios.

AL: ¿Cuáles son los requisitos para ser miembro de la SECH y cómo pueden participar en el gremio los escritores chilenos que residen en el extranjero?

R.L.:Para integrarse a la SECH es necesario tener, por lo menos, un libro publicado, llenar la Ficha de Inscripción que debe venir, además, patrocinada por dos socios activos, cancelar la cuota de Inscripción y esperar la decisión del Directorio al respecto.

AL: Cotidianamente visitan el local de Almirante Simpson 7, escritores becados de México, Cuba, USA, etc. ¿Cuáles serían los acuerdos con gremios hermanos de América y resto del Mundo?

R.L.: En estos momentos estamos trabajando el Proyecto de la Unión Latinoamérica de Escritores, que pretende dar cuenta de temas transversales en nuestra América, como por ejemplo: pensiones y sistema de salud para los escritores que han dedicado su vida a trabajar por la cultura y no a lucrar de su oficio. También apuntamos a generar instancias de identidad cultural que nos permitan reconocernos a partir de nuestras características prototípicas como: el paisaje cruzado por nuestras selvas únicas en el mundo, el mestizaje, la oralidad de los pueblos originarios. La idea fundamental es la de la Patria Grande creciendo integralmente a partir de una historia de atropellos en la cual la literatura ha sabido dar cuenta de la historia no oficial de nuestros pueblos. Creemos en la posibilidad de un futuro construido a partir de la palabra como núcleo de un nuevo modo de relacionarnos.

AL: En Chile se aplica un impuesto del 19% al libro. Me parece que es una de las razones de la baja de nivel de lectura de los chilenos. ¿Existen otras y qué propone la SECH para contrarrestar el preocupante índice de lectura del chileno?

R.L.: Si bien resulta curioso, por decir lo menos, que un país como el nuestro grave los libros con un IVA de esas proporciones, también hay que aclarar que no es esa la única causa del bajísimo nivel lectura que ostentamos en Chile.

Existen factores, principalmente relacionados con un modelo cultural funcional y no analítico ni reflexivo, que apuntan directamente a la construcción de modelos sociales (o matrices culturales) en los cuales el sujeto irreflexivo, encapsulado, superficial y consumista, es el modelo de habitante para la polis del consumo, el éxito y el individualismo.

Desde esta perspectiva, lo más preocupante sigue siendo, un hecho relacionado directamente con lo expuesto hasta aquí: dentro del porcentaje de chilenos que aún poseen interés real por la lectura, el nivel de comprensión de aquello que leen es casi nulo.

Entonces, cualquier Plan de Fomento de la Lectura, que realmente quiera impactar en la sociedad y transformarla no puede obviar este último y preocupante punto de análisis y acción.

AL: ¿De qué manera participa la SECH en el Ministerio de Cultura, en el Consejo del Libro y en los premios nacionales?

R.L.: Nuestra presencia está marcada por la participación de dos escritores, socios de nuestra entidad, en el Consejo del Libro y la Lectura. Organismo asesor, consultivo y deliberante de la sra. Ministra de Cultura Paulina Urrutia.

AL: Disculpa; al ciudadano, poeta y Presidente de la SECH, no podemos en tiempo de crisis global no preguntar. ¿Qué pasó y qué no se está haciendo?

R.L.: Nadie puede sorprenderse demasiado ante el escenario de crisis global que se ha instalado. Cuando la especulación viene a ocupar el espacio económico que debería protagonizar la producción de bienes (con su correlativa generación de empleos), ahí entonces el dinero es instalado como un producto de alta rentabilidad en sí mismo y no como un instrumento de intercambio. Esta desnaturalización salvaje de las relaciones económicas, tan propia del sistema neoliberal, es la que nos ha conducido al momento actual. Un sistema económico basado en la especulación, en que basta un capital, un computador y un teléfono para producir ganancias, es además un espacio de deshumanización creciente y brutal.

Tal vez, esta crisis nos sirva a todos para volver a poner las cosas en su lugar. Especialmente, reubicar al ser humano como centro y eje no sólo de la economía, sino de todos nuestros quehaceres y proyectos.

En lo político, lo anterior se expresa claramente en los impedimentos que lo intereses económicos han ido instalando de modo solapado, pero eficaz, al proceso de paz en Medio Oriente. Asistimos en estos días, al cruel e inhumano bombardeo de la Franja de Gaza por parte de la Fuerza Aérea de Israel y aparte de las esperadas declaraciones llamando a una paz y entendimiento sin exigencias para el agresor ni acciones a favor del agredido, las grandes potencias económicas y políticas no han hecho nada.