Para eso
            
            Que la sílaba de ti 
albergada en la pena 
desbarate la tiniebla 
en la orilla del amor 
que quedara recogida.
 
Después de todo, 
para eso vale ser hombre. 
Para eso. 
Decir a los ojos 
del tiempo 
ocultas razones 
de que sabe el pecho.

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