Vivos reflejos

 

Por los ojos suele entrar calladamente el mundo

Como una lenta procesión de voces ebrias

Sin cesar el asombro reclamando

 

¡ Ay ¡ y entonces

cómo duele este torrente

Esa luz que lo puebla todo de objetos y de sombra

El corazón también sorprendido entre misterios y

Artificios

 

Todo aquello en fin que tiembla en lo inefable

Y que se prenda a la memoria y a los actos

Para golpear con furia los bordes oscuros del alma

Y de la carne

 

El mundo en cruz

Crucificado en sus imágenes

Con la mudez de sus hondos

Y curiosos desencantos

 

Que en la pupila se reflejan

En la niña de los ojos

Ávida

Y brillante

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