Biografía

Maríadeflor, seudónimo de Mary Castillo Pizarro, chilena, residente en la ciudad de Ovalle, IV Región, es secretaria ejecutiva y se desempeña en una empresa minera de la región; posee además un Diplomado en Orientación Familiar.

Desarrolló su gusto por la poesía en la niñez, pero ha sido últimamente que ha dedicado más tiempo a esta afición, participando en talleres literarios y dando a conocer sus versos en comunidades de poesía en Internet y a través del blog que lleva su nombre.

Maríadeflor no se considera poeta pero le gustaría ser llamada así algún día; mientras tanto en su intento escribe versos sencillos, como ella misma, que puedan ser entendidos por cualquiera que los lea.

 

 

COSA DE VOLUNTAD

Mirando dentro de mí,
busco la fuente cantarina
que antaño manaba alegría y risas.

Sé que en el fondo
aún se inquietan las napas,
pero la voluntad se niega
a esgrimir el barreno.

Sólo debo romper la costra,
dejar fluir el estero,
y avivar la semilla de una nueva vida.

Si el desierto puede florecer en invierno,
¿cómo no podría yo florecer en otoño?

 

DEL DESAMOR

Ahora que mis cuencas ya no sangran
ni mis lágrimas besan arenales,
pasan los días laxos e iguales
como las olas que la roca amansan.

En algún lugar todavía cantan
ángeles entre los cañaverales,
letanías por seres miserables
que su vida buscando el amor pasan.

Son las penas al hombre naturales
cual mariposas que a la luz danzan.
¡Qué sería del hombre sin afanes,
sin heridas que el alma a fuego marcan!

Como a la rosa son los espinales,
es la ingratitud a los que bien aman.

 


 

LA PARED

Nadie pensaría al verme paralizada
frente a aquella derruida pared,
que los ladrillos del pasado
habían golpeado mis dormidos recuerdos.

Jamás quise volver a aquella casa,
donde mi infancia y adolescencia
leudaron un remedo de mujer.

Como aquella pared,
se destruyeron los bellos días,
y con el polvo se fueron
mis seres queridos,
el jardín,
los libros,
la alegría,
y tú...

Las lluvias disolvieron
las tardes que juntos pasamos,
las promesas,
las palabras de amor,
el beso cándido e imperceptible
y la ingenuidad.

Y luego los sismos...
uno destruyendo todo lo material
y el otro...
rompiendo con enorme crueldad
todo lo bueno que había en mí.

Amo a otra, dijiste;
y bajo los escombros quedaron
los sueños y la inocencia.
Pero,
- ironías de la vida -
aún se conservaba nítido y fresco,
el corazón con tus iniciales y las mías.

Y la pared lloró conmigo.

Entonces,
exhalé los últimos vestigios de rabia,
tomé una rama,
la empuñé con fuerza contra el grabado,
y maté para siempre
a la mujer que ya no quiero ser.

 

 

EN TARDES COMO ESTA

Hay tardes perforadas como ésta
coladores del tiempo
que retienen en sus fauces
la escoria de las horas
con su tic tac letal al cerebro.

Hay tardes como ésta
que abotonan los sentidos a la nada
que atan el discernimiento
y dejan escurrir por la callejuelas del desencanto
los granizos rotos del mañana.

A medida que la noche
engulle la bombilla del sol
los grises empiezan a invadir el arcoiris
en tanto que las penas
empujan las compuertas de los ojos
queriendo llenar sus albercas vacías.

Finalmente
el calendario repudia de la hoja el nefasto día
el pensamiento cambia la piel
las abejas que no saben de derechos laborales
se desgastan en los panales hasta morir.

En tardes como ésta
me vuelvo zángano
que sólo al ocio me entrego.

SOLEDAD

Soledad creyó encontrar
un amor para siempre,
y hasta pensó
en cambiar su nombre.

Pero cuando rodaron
enmohecidas las lunas,
se dio cuenta que sus noches
de ilusión y espera,
no habían sido más que
una débil cuerda
hilando un collar
de sueños irrealizables.


 

EN PRIMAVERA

Con aroma de campo
y queso de cabra,
en un templo de sombras
se quedan los cerros
hincados a mi espalda.

Aun no dejo el valle
y ya lo voy extrañando;
con su ropaje de viñedos
y collar de uvas rosadas,
con sus pulseras de cebollas
que se mecen como campanillas,
al son de cascabeles de paltas
y canciones que el río
murmulla entre el empedrado.

Las mariposas y las aves
hacen caracolas en el aire
y los trompos en el patio de la escuela
son ranas acéfalas
saltando charcos imaginarios.

Es el campo en primavera
carrousel que contagia,
merienda generosa
de pan amasado en horno de barro,
costillares de cerdo,
mistelas de níspero,
pasteles de choclo,
dulces de hoja
y mermeladas de albaricoque.

En primavera se vuelve
como un niño el campo.
Se disfraza de flores,
y las flores de frutos,
y los frutos de risas,
y las risas de amor,
y el amor de niños,
y los niños de primavera,
y la primavera de campo.

En primavera se vuelve
carrousel y niño el campo.