Biografía

Chileno, se tituló Contador en el Instituto Superior de Comercio. Posee, además, diplomas como “Especialista en Relaciones Industriales”, de la Universidad de Chile, como “Auditor Interno para Sistemas de Gestión de la Calidad”, de la Universidad Mayor, y es “Especialista en Contenidos y Diseños” de la OTEC “M y M Capacita”.

Profesionalmente, se desempeñó como Subgerente de Recursos Humanos del Banco Santander, y actualmente se desempeña como Asesor Laboral e Instructor de diversas empresas entre las que destacan “M y M Capacita” y  “M y M Consultores”.

Es autor de diversos textos de estudio, como “Legislación Laboral. Aplicación Práctica”, “Desarrollo de Destrezas en la Formación de un Supervisor”, “La Documentación Comercial y Bancaria, y los Créditos más Relevantes”, y “Aplicación Práctica de Normas sobre Subcontratación y Servicios Transitorios”.

En 1979 publicó el libro “Las Doce” con buenos comentarios de la prensa especializada. De acuerdo a la revista Libros del Mes (Septiembre 1979), esta obra quedó ubicada en el lugar undécimo entre las más vendidas de autores nacionales, y se encuentra, actualmente, en la biblioteca de la Universidad de Illinois, EE.UU.

Además, ha escrito, entre otros, “El Debate Interminable, Inicio de la Controversia”, “Cartas de un Padre a su Hija, y otros relatos”, “En el Umbral de lo Inesperado”, “Juramento de Silencio” y “Manual para un Atontado”, que está en etapa de impresión.
Otras páginas personales del autor:
http://www.escritores.cl/web/mendez/
http://vufind.carli.illinois.edu/vf-uiu/Record/uiu_369811

 



EN RECUERDO DE MI PADRE

Hoy he perdido a mi padre,
viejo lindo, sabio y bueno,
y me ha dejado en el alma
un vacío sin consuelo.

Nadie podrá imaginar
 ese dolor tan profundo
 que me dejó mi viejito
al abandonar este mundo.

Se fue por aquel sendero,
solitario en su partida,
a cosechar Santos Frutos
que mereció por su vida.

Y me legó grandes ejemplos,
de esos que nunca se olvidan,
para que yo los siguiera...
pero también me dejó,
como herencia en esta tierra,
muy ahogada la garganta
 y el alma llena de pena.

¡Cuán difícil es la vida
 sin mi padre tan querido!,
...pero te juro, viejito,
nunca estarás en olvido.

Sólo me queda esperar,
junto a mi madre adorada,
mi esposa, hijos y hermanas,
volverlo otra vez a encontrar
para poderle brindar,
en lo alto, allá, en el cielo,
mucho amor,
ese es mi anhelo.

Y el tiempo seguirá avanzando,
pero triste, sin placer,
por eso yo ahora pienso
que hoy comienzo a envejecer.

 

 

BELLA ANTE DIOS

Siempre te tuve muy cerca,
en las buenas y en las malas,
en los días venturosos
 y también en noches tristes,
tan tristes como mi alma.

Has dado mucho en tu vida
más de lo que podías
sin abatirte jamás
ante el dolor ni la pena,
abriendo en mi corazón
con tu cariño, esperanza.

¡Cómo te envidio, muchacha!,
eres tan grande ante Dios
y tan humilde en la tierra,
muy digna para imitarte
y buenísima para quererte.

Mucho has sufrido en la vida
sin merecerlo siquiera,
pero eso te hace más bella
ante los ojos del cielo
y del Señor que te ama....
mi querida hermana Estrella
.

 

 

 


ANOCHE TE MIRE

Anoche te mire cuando dormías
y recordé, somnoliento,
aquellos días de nuestra juventud
cuando solíamos pasear a escondidas.

El amor de la niñez
sin permiso paternal,
cuando entra en madurez
se transforma, con el tiempo,
en una marca profunda,
llaga eterna grabada a fuego.

Y lo tienes... y lo vives...
y no te importa quien se oponga,
¡nunca lo olvidas!

Anoche te miré cuando dormías
y te vi con la cabellera al aire
corriendo por la pradera...
mientras yo, regocijado, te perseguía
como se persigue el amor inalcanzable
en espera de alcanzarlo... y no podía.

Anoche, al pasar junto a tu casa,
te pude ver  través de la ventana entreabierta
cuando dormías
abrazada a otro hombre, sonriendo,
mientras yo,
bajo una noche hermosa
de bella luna y titilantes estrellas,
caminaba sin rumbo fijo
por las calles desiertas
en este día invernal.

Anoche te miré cuando dormías
y una lágrima fugaz
quiso caer por mis mejillas
y te vi dulce y tierna,
caminando a mi lado
como cuando eras niña.

Anoche te miré cuando dormías
y eras tú, muchacha linda,
excelso recuerdo de mi juventud perdida,
y mi corazón se llenó de frío,
frío inmenso, doloroso, implacable,
cadena de mi amargura.

Anoche te miré cuando dormías
y tú, soñadora y lejana,
no lo sabías.

 

LA DISTANTE

Desde mi casa,
a través de los cristalinos vidrios de mi ventana,
miro el agreste paisaje de la pampa sufriente... y lo envidio.

Alto, inalcanzable el cielo,
luminoso en su esplendor radiante
agita con fervor mi ser entero
con su frágil cariño electrizante...
y lo envidio.

Pero ella,
la distante,
la que quisiera tener cerca,
pues la extraño,
con su bella mirada soñadora,
es ahora un figura lacerante
que atormenta mi alma al infinito
desgarrando mi alma vacilante
que se anida sin piedad y ya indolente
en el fondo de mi pecho hoy contrito.

La terrible desventura de ese amor perdido,
que busca albergue en mi corazón doliente,
pareciera una espada de fina hoja
que marca fuerte mi recuerdos.

Y lejos está su sonreír sereno...

Ya la he perdido,
es cierto,
pero aún la sigo queriendo.



SOLO UN RECUERDO

Un día la vi partir
hacia un lugar lejano
del cual no regresó.

Iba triste como el día,
su alma sin ilusión,
por ese amor tan inmenso
nacido entre los dos
y que el destino apartó.

En mi noches somnolientas
la recuerdo con pasión
y a través de las estrellas
le envío mi corazón.

Y creo verla de nuevo
en todo su esplendor
con su risa cristalina
y en su rostro mucho amor.

Pero al despuntar el alba
despierto con gran dolor
al sentir que todo es sueño,
mentira, imaginación,
pues sólo mi alma acaricia
con un tenue frenesí
el espejismo de su beso,
que luego se aleja de mí.

 

ALEGRIA DE VIVIR

Qué hermoso es sentir
la alegría del alma
en un gozo sin fin.

Me gustan las gentes
que entregan amor
sonrisas al mundo
y paz interior.

Que vibren los cielos
que cante el amor
¡qué linda es la vida!,
¡qué tierna pasión!

Los amo
y me aman...
ya no quiero morir
abundancia de risas,
¡qué lindo es vivir!

 

HERMANITAS

Quiero dedicar estos versos
con cariño muy sincero
a mis lindas hermanitas,
a las tres,
que tanto quiero.

Descendientes de familia
sencilla, piadosa, unida,
cualquiera de ellas,
yo sé,
por las otras diera su vida.

Es hermoso ese cariño,
que enaltece la razón
porque en el pecho de ellas
existe un gran corazón.

Siempre las tengo a mi lado,
Estrella, Isabel y Pilar,
por eso les aseguro
que nunca la voy a olvidar.

 

 

Los poemas pertenecen a su libro “DIGANLE...”
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