Biografía

TERESA DE JESUS nació en Illapel, pueblo luminoso y azul del Norte Chico. Trabajó como secretaria de Naciones Unidas, fue directora del Colegio Latinoamericano de Integración y fundó el colegio Francisco de Miranda en Santiago. Su primer libro de poemas "De Repente" fue publicado en edición bilingüe en los Estados Unidos en 1975. Este libro fue escrito en el dolor de la dictadura y está casi enteramente inspirado por ese dolor. En 1988 se publicó en el mismo país, en edición artesanal, "Libro de Cocina", colección de recetas-poemas de la cocina popular chilena. En 1989 la Universidad de Oslo, Noruega, publicó "El Reino del Candado" libro sobre los detenidos desaparecidos. Dos poemas del primer libro fueron recogidos en la antología universal "Poet Women of the World", MacMillan, New York. "Túneles y Jaulas" es su único libro pubicado en Chile. Ha publicado en revistas y periódicos nacionales y europeos. Actualmente colabora en SAFO, revista chilena de poesía.



 

 

OJOS DE AGUA

Yo soy los ojos del agua.

Los dulces ojos del agua en el vaso.
Los ojos malignos del agua de piedra.
Los ojos perversos que arrastran,
que angustian,
que matan.

Los ojos que meten la calma en la piel
que dan transparencia a los huesos
que cantan
que sanan.

Yo soy los ojos del agua olorosa
que atrae
que tienta
que invita a quedarse.

Los ojos malditos
que paran la vida,
que aterran.

Yo soy los ojos del agua.

 

SAUCE TALADO

Se presentaron ante ti
los acusadores, los jueces, los testigos.
Te leyeron los cargos
en un idioma extranjero.


Bebías el agua de los pozos
dijeron –
dabas mucha sombra,
molestabas la vista.


¿Tienes un abogado?
preguntaron.
Y tú sin comprender,
insistiendo en tu gracia
y tu donaire.


Cuando llegó el hombre con el hacha
le besabas el cuello
con tus crenchas.


Ahora miro con nostalgia
el espacio donde viviste
criatura de amor,
hoy leño ardido.


 

LA FILOSOFIA DE LA OVEJA

Carece mi cuello de esbeltez
y mi sombra de gracia.

No giro mi cabeza a lo alto
¿acaso tiene pasturas el cielo?
Si los árboles tuvieran algo
interesante que ofrecer
¿no tenderían su follaje sobre el suelo?

El interés de los árboles radica en su sombra.

Pasto y agua me bastan.

Tal vez no soy feliz pero
¿quién desea aquello que le es desconocido?

El frío no es mi enemigo.
Yo tengo abrigo natural.

Al ataque y a la ofensa no me opongo.
La palabra resistencia
no tiene para mí significado.
Soy oveja. El cerdo patalea y chilla.
No mi estirpe.

Soy la heredera del silencio y del aguante.
Si hay sombra me protejo,
si no la hay no pido un abanico.

No arrastro tristezas.

Me alegro si encuentro agua
y es un festín una pastura nueva.

No exijo caricias ni las doy.

Si lidero una fila no pienso en el camino
y está lejos de mi intención
apurar el paso o retardarlo.
Sé que todas llevarán mi ritmo
pero no me desvelo por ello.

Si voy entre el montón no me preocupo
adónde nos conduce la señera.
Ni envidio su posición ni me retardo.

Soy simplemente oveja.

No sirvo para circos
no está en mi carácter
divertir a nadie.
No me interesa parecer inteligente
ni me propongo complacer.

Si me cae el sol de plano
lo recibo.
Si he de mojarme
lo acepto.
Si viene el lobo
es mi destino.
De vieja no he de morir,
sencillamente.



 

UNA SOLA MADRE FALTA


El cabritillo bala
amarrado a una estaca.
Los indiferentes pasan
Apuñalando la tarde.

La madre dónde estará
en la montaña más triste
sin el balido del hijo
la flor se le vuelve piedra.

Los indiferentes pasan
la madre lleva su luto.
El cabritillo es alzado
para el último balido.

El cielo manda cien madres
en cien nubecitas blancas.
Se queda azul la mirada
del cabritillo que sueña.

Y en las praderas del cielo
una sola madre falta.