Biografía

Vicente Antonio Vásquez Bonilla, ingeniero civil y escritor, nació en La Antigua Guatemala, el 5 de Mayo de 1,939.Ha publicado en antologías, revistas,periódicos y por la vía cibernética.Ha sido premiado en prosa, en los Juegos Florales Estoreños de 1994; en la rama de cuento, en el certamen literario de 1998, del Registro General de la Propiedad de Guatemala; en la rama de cuento en el certamen de los Juegos Florales Nacionales: “Fiestas Julias” 2004. Huehuetenango. Guatemala; en el 1er. Concurso de cuento brevísimo, en Guatemala “Los mil y un insomnios”, categoría experimentados. Guatemala mayo de 2006 y en el XIV Certamen literario, rama Cuento del Instituto Quetzalteco de Cultura Hispánica, Guatemala Enero de 2007



 

 

VIDA RECURRENTE

Este texto tiene la virtud de que comienza a vivir en el momento que inicias su lectura y muere cuando terminas de leerlo.

 

EL NACIMIENTO DE UNA PALOMA

Valerio se encuentra en actitud pensativa, mientras sobre su cabeza desciende una parvada de cien palomas, y en un instante, de nuevo reemprenden el vuelo, siendo ya, ciento una.

Una idea había nacido.

 

 

LA SETENCIA

El señor juez, con la seriedad que su investidura demanda, falló:

—Por la gravedad de los delitos cometidos, lo sentencio a cumplir trescientos setenta y cinco años de cárcel inconmutables.

El sentenciado se levantó alterado y le respondió.

—Eso es lo que usted cree. ¡Antes, me muero!

 


 

LA PIRATERÍA

Los escritores platicaban en referencia a los daños económicos que les producía la piratería de sus obras.

—Mi problema —dijo el primero—, son las pérdidas que me producen las copias piratas y las que estimo en muchos cientos de dólares.

—Mi problema —agregó el segundo—, está en que tengo más lectores, pero no se venden mis libros. Las copias ilegales me están matando.

—Sí —agregó el tercero—, todos salimos afectados. Debería de haber mayor control y penas más severas para las editoriales piratas.

—¿Y vos qué opinás? —interrogaron al escritor que permanecía callado.

—Mi problema —dijo con tristeza—, es que nadie está interesado en piratearme.


EL RASTREADOR ELECTRÓNICO

La joven espía trataba de escapar de sus perseguidores, pero en estos tiempos de adelantos científicos y electrónicos, le resultaba imposible; siempre estaban un paso atrás de ella. Sospechando que su vehículo portara algún localizador satelital, lo sustituyo por otro. El resultado fue el mismo. Entonces, cambió de teléfono celular, se deshizo de su bisutería y remplazó sus prendas de vestir. Todos sus esfuerzos fueron inútiles. Fue capturada.

Nunca sospechó que el rastreador electrónico lo llevaba en el tampón vaginal.

 

 

LA DANZA DE LOS SIETE VELOS

Maclovia, ante el grupo de jóvenes emocionados, inició con movimiento sensuales la danza de los siete velos y conforme evolucionaba, con coqueta parsimonia se iba desprendiendo de ellos, uno a uno. Mientras se acercaba a la culminación del baile, los vítores de sus admiradores aumentaban en volumen y en excitación.

Sólo quedaba un velo y la chica lo tomó con gracia por la parte superior y con un movimiento rápido lo apartó, y al igual que en un acto de magia, la bailarina desapareció.
 
EN BUSCA DE LA PAZ

El hombre estaba desesperado, él decía que amaba la paz y que la buscaba a costa de cualquier precio. Así que tomó el único camino que le quedaba y se marchó para Bolivia.

 

CADENA PERPETUA

Lo más difícil, lo más duro de la cadena perpetua, es el cumplimiento de la primera mitad. Es como ir cuesta arriba, acumulando años que te resultan tediosos e interminables.

Luego, la situación cambia. Es como ir cuesta abajo y la inercia te ayuda. La cuenta regresiva es benigna y te acerca a la gloriosa salida.

 

PRIMERO DE NOVIEMBRE

El primero de noviembre fue el día que, arbitrariamente escogido,  dedicaron para honrar a los difuntos; más todos los días deberían ser de fiesta, para que no reine la tristezas, en donde ya no existe el sufrimiento. Así que unidos y contentos, celebremos a lo largo del año y que nos perdonen los vivos.

 

 

 

MARCADO POR EL DESTINO

Hay quienes nacieron para sufrir y Arnulfo fue uno de ellos. Mientras vivió le temía a sus congéneres, a los fantasmas y hasta su propia sombra. Ahora que ha dado el pequeño salto de la vida a la muerte, suspiró tranquilo; su calvario se acabó y como fantasma, existirá por siempre en un remanso de paz.

Pero hay quienes nacieron para sufrir, independiente de su condición, pues pronto se estremeció, al descubrir que les teme a los vivos.