CARLOS
LEON (1916-1988) |
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Nació
en Coquimbo, Chile, el 2 de junio de 1916. Sus estudios básicos
los realiza en las escuelas Del Mirador de Ovalle, en la Escuela del Carmen
de Santiago y en la escuela Anexa de Iquique. Las humanidades las efectúa
en Valparaíso y las termina en Valdivia. En 1935 obtiene su título
de Bachiller en el Liceo de Concepción. Estudia primer año
de derecho en la Universidad de Concepción. Prosigue sus estudios
en el Curso Fiscal de Leyes de Valparaíso, obteniendo el título
de abogado en la Universidad de Chile. Se incorpora en 1940 a la Caja
de Previsión de Empleados Particulares en calidad de procurador
y jubila en ella como abogado. Profesor de Filosofía del derecho
en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso.
Es invitado a encuentro de escritores por la Universidad de Concepción
tanto en esa ciudad como en Chillan, la Serena, Antofagasta y Arica. Redactor
de El Mercurio de Valparaíso. El escritor Novelista,
cuentista, cronista. Pocos escritores chilenos han logrado concitar en
torno de su obra el aplauso unánime, o casi unánime, de
la critica literaria. Aunque su producción no es abundante, sino
más bien lo contrario, el trabajo literario de Carlos León
fue recibido con simpatía y elogios. Si bien es cierto la trama
de sus obras, al decir de algún critico, corresponde a la biografía
del autor, no es menos cierto que la descarga de sus impresiones llaman
la atención, especialmente, por la cuota de humor que ella trae
aparejadas y por el formidable estilo. Un estilo que, a diferencia de
muchos, que creyendo descubrir la cura del cáncer, se enroscan,
se oscurecen, se alargan eternamente, dando con mamotretos buenos para
combatir el insomnio, logra el portento de interesar al lector, motivando
sus curiosidad, impulsándolo a leer con detenimiento y, lo mejor,
con placer y hasta emoción. Carlos León es dueño
de un estilo que no es pedante ni pretende posar de virtuoso. Al contrario,
utiliza un lenguaje claro, simple, cristalino, que va al grano de inmediato,
sin rodeos ni rebuscamientos estilísticos. Todo ello engalanado
de un humor sólo comparable al de González Vera, con quien,
a nuestro juicio, mantienen coincidencias plenas, especialmente en las
reflexiones y en el acertado dibujo de los personajes. Otros, buscando
referencias, nombraron a Quevedo, Gracian, Chejov, Kafka, Dickens y los
hermanan en Chile con Manuel Rojas y Baldomero Lillo.(En la edición
de Editorial Andrés Bello, 1989) Libros publicados Sobrino único,
1954
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