Luis Sanchez Latorre (1925-2007)


Rasgos biográficos

Nació en Santiago de Chile el 8 de diciembre de 1925. Cursó la enseñanza primaria en la Escuela Pública Nº 8 de Matucana y la secundaria en el Liceo Miguel Luis Amunategui (1944). A partir de 1946 se inician sus colaboraciones en la prensa nacional: Revista Letras, diarios La Nación y Las Ultimas Noticias. En 1947 ingresa como reportero y columnista al vespertino La Segunda. Es nombrado jefe de crónica de Las Ultimas Noticias a partir de 1949 y hasta 1957. Pasa a ser Jefe de Redacción (1958). En 1959 se inicia como columnista dominical de El Mercurio con el seudónimo de Filebo. Fue director de la Revista Pedagógica Internacional Secciones Escolares (1964).Presidió en 1965 el Encuentro Internacional de Escritores celebrado en Viña del Mar. Miembro de Numero de la Academia Chilena de la Lengua. Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile en los períodos 1968-1970 y 1973-1984.Fue uno de los creadores del Servicio de Documentación y de la sección Día a Día de El Mercurio (1968). En 1972 es nombrado Director de la Revista del Sábado de Las Ultimas Noticias yvuelve a ser Jefe de Redacción (1973) del diario citado. En la década del 90 su columna se llamó Libros y Autores y luego Pasando y Pasando. Utilizaba el seudónimo de Pepys en El Mercurio. Recibió el Premio Nacional de Periodismo (1983). Jubiló en 1982. En el año 2007 la Feria del Libro Usado (Universidad Mayor) lo galardonó con el Premio a la Trayectoria. Continuó escribiendo en Las Ultimas Noticias como columnista y colaborador hasta el día de su muerte, el 17 de octubre de 2007, a la edad de 82 años.

EL ESCRITOR

Novelista, crítico literario y periodista. Luis Sánchez Latorre fue autor que no se desveló publicando sus trabajos. Parafraseando a Alone, diríamos que “tuvo esa delicadeza”. La generalidad está inmersa en el mundo periodístico donde se desenvolvió por más de 60 años. Es por ello que comúnmente se le conoce más por su afán periodístico antes que literario. Añadese a ello la obtención del Premio Nacional de Periodismo. Sin embargo, su gran productividad se relaciona con el quehacer de crítico y columnista literario, ejercido al través de columnas en la Ultimas Noticias y El Mercurio. Parte de esa faena está contenida en dos libros: Los Expedientes de Filebo y Memorabilia.

Como comentarista literario o crítico, si se prefiere, puso una nota distinta a la hora de examinar un libro. Para algunos era un anti crítico, por la forma que enfocaba el texto. Allí encontramos una serie de virtudes que lo diferenciaban del resto y lo emparejaban con cierta elite literaria. Entre ellas, sin duda, el humor, un humor fino, no exento del sarcasmo, que permitía leerle con deleite. Su jovialidad, en tal sentido, recuerda a González Vera, con la diferencia que aquél era más bien frío en contraposición de Filebo, más cálido, más entregado a la picardía chilena. Sumado a la anterior, están dos objetivos plenamente realizados: la síntesis y la brevedad, dos cualidades que hoy están en desuso y que lo emparienta con Alone, Edmundo Concha y González Vera.

El buen escribir también es uno de sus puntos altos.

Aunque puede sonar a vetustez, puesto que hoy representa un absurdo entre los aprendices de escritores y los que se han consolidado, la belleza del escribir es clásica y no puede transar con la vulgaridad.

Filebo redactaba cuidadosamente sus columnas.

Existía en ellas preocupación por el adecuado uso de la palabra. La ironía que lo caracterizó no fue óbice para olvidar el lenguaje correcto. Pero lo más destacado es que se adivina en sus líneas el gozo por escribir, por pasarlo bien, sin perder la profundidad, y, al mismo tiempo, permitir al despreocupado lector solazarse con disquisiciones aparentemente crípticas, pero que, analizadas, contenían verdades del porte de una catedral.

La distancia estribaba en los hallazgos humorísticos que surgían en medio de la lectura.

La tarea de Filebo en las letras fue independiente en términos políticos y fue valiente para enfrentarse a la contingencia militar en tiempos donde Chile pasó momentos muy amargos y cuyas secuelas aun no se extinguen. Sin embargo, debió bajar a la llanura para defender los derechos de los escritores, tomando el mando, por dos periodos, de la Sociedad de Escritores de Chile.

Como va siendo habitual desde hace mucho tiempo, el fallecimiento del escritor Luis Sánchez Latorre no tuvo la resonancia que su trayectoria imponía. Algunos breves artículos, ciertas crónicas, entrevistas a quienes les conocieron, etc. No fue precisamente el gran homenaje que este espléndido escritor merecía. Ahora bien, Filebo, con seguridad tampoco hubiera gustado de tanta notoriedad en su muerte, si es que los muertos gustan de algo, puesto que en vida siempre se mantuvo alejado del bullicio, sin que ello significase un auto exilio, por cuanto erasociable y entusiasta conversador.

Tal vez el final esté acorde con una de las características de su filosofía literaria: sintética, inadvertida y breve.

LIBROS PUBLICADOS

Dos son las publicaciones que reúnen las columnas periodísticas. Los Expedientes de Filebo y Memorabilia. El resto son 2 novelas. Sin duda lo mejor de su repertorio aun está por escribirse. Son muchos los artículos que deben reunirse en libros para poder gustar del estilo y la agudeza de Filebo.

Los libros publicados son:

Los Expedientes de Filebo, 1965

Adiós Medusa 1975

Lejano Oeste 1988

Memorabilia 2000

 

 

 

 

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