Elías Letelier


 Teoría de los zapatos

 

Quiero pedir permiso.
¡No quiero molestar a nadie!
Olvídense de mí por un momento:
demos paso a cosas más esenciales.
                     
Ocurre,
por ejemplo,
que siempre me han impresionado los zapatos:
son tan vanidosos como las aceitunas,
y arrogantes como las farmacias;
y aunque yo no estoy de acuerdo,
a veces parecieran que ellos son
lo único valioso que ambula por las calles.
Tiene tanta personalidad como una mueblería;
pasan por tantas partes,
ignorando tantas cosas de los caminos,
que me aterra no saber lo que piensan.
                     
Son tan interesantes sus vidas,
que otro día,
cuando tenga más papel,
apareceré en otra página
para hablarte
de la teoría de los cordones.
                      
                     ¡Muchas gracias!
                      

 

Anterior

Home

Siguiente