ESTADOS UNIDOS

JOHN OGILVIE:

BIOGRAFIA

Crítico, Editor y Agente literario

Nació en Nueva Orleans en 1952.

Doctor en Letras por Loyola University. Profesor de Literatura Norteamericana e Hispanoamericana en la misma Universidad, sede Nueva Orleans.

Como editor se desempeñó por varios años como asistente de Jackeline Kennedy en Nueva York, hasta la partida de la ex-primera dama norteamericana.

 

PONENCIA

Hola amigos en el I Encuentro, los saludo desde Nueva Orleans, un abrazo desde las orillas del Mississippi, el Padre de las Aguas. Creo que el nuevo orden virtual influye felizmente en las letras. Y el Poder de la palabra permanece y seguirá inalterado. Quiero referirme a la incorporación del sonido en nuestro trabajo, referiré a ustedes lo que investigué para llegar a instalarlo en mi sistema. En la práctica, técnicamente hablando, el programa del computador reconoce nuestra voz y podemos controlarlo en buena medida a través de la palabra hablada. Es asunto de eliminar cada vez más los teclados y "acostumbrar" al computador a recibir instrucciones verbales: él reconocerá nuestra voz de forma natural, y le podemos dictar más de 80 palabras por minuto. Por ejemplo, el software ViaVoice Gold de IBM ha suprimido todos los errores de sus antepasados (el Voice TYPE Dictation y ViaVoice), que no nos permitieron una buena "comunicación" con la máquina. Hoy, es posible hablarle al computador y que entienda bastante.

 

Instalar sus flamantes orejas al computador no es difícil. Se copia el software en el disco duro, lo que toma menos de 5 minutos. Luego, la máquina tiene que escuchar la forma en que le hablamos, y entender pronunciación. Para eso, lo primero es leer de manera precisa y clara, pero natural, 3 frases preestablecidas. Un proceso más largo, opcional, es la "Inscripción": consiste en repetir 250 frases (en ritmos de 50 oraciones cada una) con el fin de preparar la máquina con precisión para reconocer nuestra voz. El ViaVoice Gold tiene 3 opciones de dictado:

 

El SpeakPad: un procesador de textos de uso general que tiene la función de reconocer el habla. A medida que se le dicta, el texto va apareciendo en la ventana. El ViaVoice Directo: se utiliza cuando se quiere dictar a un programa que no disponga de capacidad de reconocimiento del habla. El texto que deseamos rescatar entra directamente al programa seleccionado. Finalmente, hay un soporte para el MS Word, que permite también hablar las palabras al programa en vez de tipearlas.

 

En un comienzo, el software puede ser un poco torpe y confundir algunas palabras, pero, además de escuchar, está programado para aprender. Si al dictar no reconoce una palabra, es posible incorporarla a su vocabulario que ya tiene 42.000 palabras. Requiere los mismos atributos que empleamos con un niño: tiempo y paciencia. Pero es desde el comienzo una eficaz herramienta de trabajo. Otras aplicaciones, nos permiten navegar y controlar el escritorio solamente utilizando la voz: se puede abrir, cerrar e intercambiar entre las diferentes aplicaciones que estemos usando, y dentro de los programas permite activar y elegir las funciones del menú, mover el cursor a través de la pantalla además de seleccionar, copiar y pegar texto. Los requerimientos necesarios para utilizar ViaVoice Gold son Windows 95 (32 MB de RAM) o NT 4.0 (48 Mb de RAM); 110 Mb de disco duro, unidad de CD-ROM y tarjeta de sonido compatible con SoundBlaster 16 o sistema de audio Mwave. El programa incluye un micrófono de cabeza discriminador de ruidos y muy ligero. Su precio es menos de 135 dólares, en USA, pero debe bajar a la mitad el año 2000. Continúan en el mercado otros programas de reconocimiento de voz, como el Dragon NaturalleSpeaking; el Voicexpress (diseñado para profesionales de la medicina); el Conversa, que además del programa de reconocimiento de voz, ofrece el Conversa Web, un browser para navegar en Internet que reconoce voz. También Philips este año lanzó al mercado el FreeSpeach 98, con características similares a los que hemos visto. En oferta, en todo caso, nunca todo está dicho. Mi intención ha sido compartir con ustedes, este aspecto del uso de la palabra hablada en Internet, una herramienta más que auspicia felices augurios para el Orden Virtual en las Letras.

 

Amigos, me permito servir de intermediario para hacer llegar a ustedes, en esta ocasión tan grata, los saludos del Departamento de Estudios Hispanoamericanos de New Orleans University. Asimismo del equipo de "La Letra Española", revista literaria en castellano que cubre todo el sur de USA: los escritores Allyson Ortúzar, Katherine Frank-Díaz, John MalKovich, Diana Rich y Mathew Carrera. Los saludamos con orgullo, y auguramos los mejores logros para este I Encuentro Virtual de Escritores, al que han de seguir otros aún más allá de nosotros. Estamos con ustedes. Adelante. Ogilvie.