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Ernesto Langer Moreno


Canto de Dios, el hombre y la naturaleza

APERTURA

( Tiempo de amarguras)

Padre, estoy cansado
El valle que atravieso es de muerte
y desamparo.

Caen sobre mi las oscuras sombras
Y de mi desgarrado corazón la maldición
de lo viviente se apodera.

Me perdí
Me fui como un volantín hacia algún lado
Ya nada canta en mi corazón como otrora
cuando Tú me alentabas y aliviabas.

Ahora tengo el alma apedreada
Llegó para mi el tiempo en que el espíritu muere
y me abandona
Y el deseo de vivir se esfuma como una paloma.

En el valle de la muerte estoy temblando aterrado.
Sin luz, y sin remedio.

I

AL ALCANCE DE SU VOZ

Entonces el Espíritu me dijo:

No importa que tan muerto te sientas
Tú estarás vivo eternamente
Sacude de tus hombros esas culebras
Y entra en mi morada para que reines conmigo.
Todo lo demás es ilusión.
El viento te traerá un nuevo nombre
Y en el sitio que yo diga el antiguo enterrarás
Desde entonces sólo mi voz alcanzará tu corazón
Y en verdes praderas junto a claros arroyos
tu alma va a pastar.
No le temas al enemigo que te ronda
cualquiera sea su disfraz
Abre tus alas y vuela
Todo lo demás es ilusión.
En mi vida tu vida está ganada
Yo te he tomado para poderte bendecir.
Canta entonces y arrulla lo que es mío
para que por tu voz se derrame mi sentir.
Eso es lo que haré.

II

EL DOLOR DE LO QUE GIME

Señor
Me duele esa piedra allí tirada sin mirarme
Los cerros altivos y los campos deseantes
Me duele la arena del desierto
Y la nieve endurecida en las alturas encerrada
Con ellos clavados en la cruz
esperamos el rescate
( que nos cambies estos cuerpos corruptibles )
Yo los dejo a ellos que miren por mis ojos
y que lloren con mis lágrimas
pues tenemos las mismas raíces
Y la misma esperanza

El viento y las estrellas me conmueven igualmente
La enormidad del mar y su salado movimiento
La figura ágil de esos pastos clamorosos
La carne de los árboles ardiendo de impaciencia
y sus ramas que inquietas se me enredan en el cuerpo
Por eso de la tierra yo escucho su lamento
Y en mi sangre sus gemidos se aceleran
Porque es el mismo destino que nos busca
El sueño nuestro se parece
Juntos clamamos al cielo nuevas cosas:

Que la luz nos desate y nos vuelva eternos y gloriosos
Que ya no seamos más árbol, ni mar, ni piedra, ni hombre,
Sino uno sólo en todo y para siempre
Bajo la mirada perfecta del alfarero que nos hizo.

III

Y entonces de nuevo escuché :
Anda
Ve y cuéntale también a los ríos que esperan mi presencia
Y a las duras montañas encerradas en su piedra
Y al corazón de la tierra revolcándose
Ve y diles que ya voy
que no tardo
que cambiaré sus penas por el goce más perfecto
Y que con mis manos les daré un nuevo cuerpo
Y una nueva vida soplaré en sus huesos con mi espíritu.

Que las aguas no se quejen al chocar contra las piedras
Que las piedras no sufran su empeñón
Yo iré y pondré las cosas en su punto
Y haré y desharé para que todos se regocijen y renazcan.
Ve y recuérdales mi promesa

Dile a los pastos que esperen con confianza
Al ancho mar que encontrará su reposo
A las praderas que no me olvido de sus cuerpos
Y a la humilde hierba: que ya voy, que ya estoy cerca.

Porque yo escucho sus gemidos y su llanto
Y no soy insensible ni indolente.
Ve y consuela a las viñas de mi parte
Diles que con su vino haré que todo lo creado me celebre
Que seré su luz y me verán brillar
cada uno en su lugar

Que el viento silbará y llevará mi paz
a todas partes.
Que no demoro
Y habrá nuevo cielo y nueva tierra.
Esa es mi promesa.
Yo soy su libertador.

Que así sea.

IV

LA CREACION RECIBE GOZOSA ESTA PALABRA Y CANTA A SU VEZ


Pero ¿quién es éste que nos busca y que nos canta ?
Hermanos, ¿quién alivia nuestros oídos miserables ?
¿ es acaso quien esperamos hace tiempo ?
Como piedra yo tiemblo al escucharlo
Como pasto me entusiasmo entre sus pasos
Como montaña me estremezco al divisarlo
El cielo, el valle y las arenas también nos alegramos.
¿ Es éste algún profeta el que nos consuela con su canto ?

Oh nieve, oh playa perdida sin nombre ni abolengo
Este canto nos recuerda nuestra esperanza
El anhelo ardiente por el que gemimos expectantes
El día aquel en que vendrá el que mora entre querubines a restaurarnos
Y su gloria se manifieste y se establezca entre nosotros su justicia.

Engalana oh mar cada ola tuya
Y anuncia a las costas este verbo
Despierta nieve eterna y asoma una sonrisa
que el que hoy nos canta nos reitera la promesa
Correrá el agua viva entre nosotros
Y no sufriremos ya más tribulación.

El día se acerca. El que nos hizo ya no tarda.
Alégrate tierra y cielo que el hacedor ha querido nuevamente consolarnos
Y la voz de éste que canta es dulce como la miel y hermosa como el canto de los pájaros.
Alabemos a quien nos ha enviado esta palabra
Y reposemos contentos esperando alegremente el nuevo cosmos.

Nosotros tenemos esperanza
Porque el creador ha escuchado nuestra oración y oído nuestro llanto
Y por eso la muerte no prevalecerá tampoco sobre nuestros pastos.
Que hermosa es la voz de éste que canta y el mensaje que predica
Pregona oh viento este evangelio en todas partes
Que el dulce sabor de su belleza alegre a todos los que lo escuchen.
Gloria y alabanza a quien nos salva
Que se regocije todo el universo
Nosotros, su creación,
los que esperamos dichosos su gozo perpetuo
y la revelación de sus hijos
Damos gracias.

ALELUYA.

V

EL SIERVO DESPIERTA


Ahora me calmo y me levanto mi Señor
Y me alabo por entenderte y conocerte
porque Tú eres quien hace misericordia
juicio y justicia en el universo.
Tú has puesto en mí este canto
y su gozo ha sido irresistible
Han sido tus palabras la alegría de mi corazón
Y aunque he temblado al escribirlas
Tú me has reconfortado
Y no has añadido tristeza a mi dolor
Sino que has alejado a la muerte de mis huesos
Y me has quitado del valle de las sombras de la muerte
para que cante las alabanzas de tu gloria esplendorosa.
Bendito seas tú el pastor de las ovejas
Y el que tiene el poder para cambiar todas las cosas.

Este que estaba muerto también te da las gracias
Porque me has vuelto a la vida
Sacándome de mi fosa
Y me has vivificado
conforme a tu misericordia.

FIN

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