Al cumplir 10 años de existencia le hemos pedido a tres de nuestros más cercanos colaboradores que nos cuenten su experiencia de participación en este portal de literatura chilena.

 

 

 

 

JUAN ANTONIO MASSONE

A pesar de la afirmación del tango: “Que veinte años son nada…”, al considerar la década cumplida por escritores.cl no puedo más que asombrarme y agradecer su existencia. Lo primero, debido al frágil tesón que suele caracterizarnos a los chilenos. Nos cansamos muy pronto de cuanto emprendemos, y los propósitos iniciales se diluyen hasta ser abandonados por las flojas voluntades. Desde luego, el caso opuesto ofrece este portal que ha crecido, que ha buscado servir, que ha hecho de la renovación y de continuos aportes un lema de entusiasmo y de calidad.

Me incorporé a este espacio en la medida de mi lento avance de aprendizaje electrónico. No tengo objeción de reconocerme muy torpe en estos manejos, pero lo aprendido me ha vinculado a muchas personas. Ofrecer a otros algo de lo propio, como son  los escritos,  no es asunto de exhibición—aunque algunos no resistan tal tentación en calidad de primer propósito--, pues el pensar, la memoria y la reflexión son nuestras señas enviadas a la humanidad de los otros.

Junto con aquellos aportes que, creemos, representan una invitación y alguna compañía, se experimenta el beneficio de la opinión ajena, de la respuesta, de alguna memoria que no quiso declinar al pasar de los días.

Las letras chilenas no son adorno ni realidad olvidable. Tantos son quienes han puesto en ellas lo mejor de sí que, a no dudar, significan una presencia para bien de muchos. A través de su lectura crece la conciencia, se dilatan horizontes y se enriquecen nuestras perspectivas. Es así como se edifica una nación, también. Porque cuando el dinero compra cosas, la palabra busca hospedarse en el espíritu.

Al cumplirse diez años de escritores.cl  es una ocasión  propicia de agradecer la oportunidad del espacio brindado por su fundador y sostenedor, el escritor Ernesto Langer; agradecer el trabajo de tantos que han querido compartir lo más personal de su escritura; saludar a los lectores y esperar que este espacio conserve la altura digna y la calidad de sus entregas literarias.

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