CARTAS AL VIEJO PASCUERO

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Estimado viejito pascuero:

Lo único que quiero pedirte es una o dos de las cositas que enumero a continuación. Con cualquiera de ellas me doy por satisfecho:

- Ganarme el premio mayor de la lotería para pagar casi todas mis deudas
- Quitarme unos cuantos años y kilos de encima
- Conocer a algún extraterrestre de esos que viven en la tierra
- Hacer desaparecer a mi suegra
- Un harem
- Crecer unos 20 cm de estatura
- Dirigir la ONU
- Aprender a tocar el trombón
- Hablar en sueños con Jaime Guzmán para que me cuente lo que verdaderamente le dijo a Longueira
- Hablar chino, ruso, japonés, alemán y esperanto
- Ser feliz completamente

No puedes decir que no te he dado elección. Me he portado bien. Soy un buen consumidor, practico el sexo seguro y odio a los políticos.
He limpiado esmeradamente la chimenea y armado un gran árbol de pascua.
No me defraudes.

El Nico.


Viejito Pascuero: Me permito un tiempo para soñar, pero antes te saludo afectuosamente ya sé que estás ahí y que tu gestión no es parte de mi sueño, sino que eres real.
Mi nombre es María Angélica Díaz Coñuecar, soy viuda, tengo 40 años, natural de Chaitén, vivo aquí en Punta Arenas desde el año 1985.

Nunca te escribí una carta porque siempre pensé que el Viejito Pascuero atendía sólo algunas cartas, y ni siquiera lo intenté.

La vida sigue siendo dura para mí, pero a los 37 años tuve la suerte de hacer un curso de Secretariado y aprendí un poco de computación, y me encuentro contigo aquí, es increíble!.

Mira Viejito, yo sé que a tí te debe gustar leer todas las cartas, de lo contrario no tendrías e-mail. Te puedo contar que tengo cuatro hijos maravillosos, me ha costado mucho guiarlos, pero hasta aquí hemos salido adelante juntos, en los estudios, en los malos momentos y en todo trabajo que haya que hacer.

Ahora que terminan las clases, estoy satisfecha de los logros de ellos, sólo que me gustaría premiarlos por sus notas, pero no puedo. Mi sueldo de 1/2 jornada y sumado a la pensión de viudez no me alcanza ni siquiera para completar el gasto de la comida en el mes, imaginarás de donde sacaría para darles un engañito.

Sería hacer un sueño realidad si me ayudas a hacerlos felíz en esta Navidad. Ellos se llaman: Angélica (22), Argentina (18), Sergio (14) y Pablo González Díaz (12), sobre todo que la van a pasar por primera vez sin su papá.

De antemano te doy muchas gracias, y si no soy favorecida, igual te agradezco, porque estoy segura que alguien lo será, con historia similar a la mía.

Un abrazo, Angélica


Hola Viejito,

Primero te saludo, y espero que al recibo de esta misiva te encuentres regio junto a tus enanitosy renos...
No quiero ser inconsecuente con mis peticiones para este año, pero como tu eres el rey de los imposibles, quiero hacerme presente para solicitarte lo siguiente:

-Un buenisimo trabajo
-La oportunidad de estudiar algo relacionado con los niños, tu mejor que nadie sabe que me gusta todo eso de ayudar y consentir a los niños en sus etapas, es como algo necesario.
-Un poco de justicia y paz a mi vida...
-Amor y armonia en mi familia, tu sabes que aunque se hace lo posible, no es suficiente que solo una parte ponga su granito de arena sino debe ser de todos...

Yo creo que eso me es suficiente, te dare a elegir una de esas, se que tu desicion sera la mejor, pues en mis 19 años de vida he tenido lo mejor por parte tuya...

un besito y por favor dale mis saludos a rodolfo el reno, y a tu sra. que siempre la he admirado por esa valentia de esperar mientras tu repartes regalos, yo en su lugar iria contigo para ver si te encuentras con alguna patas negras o tan solo por preocupacion, despues de todo en este mundo, hoy en dia...ufffs, se debe esperar cualquier cosa...

Valentina Sepulveda


Recordado Viejo Pascuero:

Otro año ha pasado y sigo preguntándome, ¿Por qué se distorsionó tanto
el nacimiento de tu concepto?

De niña viví la emoción que envolvía tu presencia en las fiestas
navideñas. Creí que eras real, que existías. En familia preparábamos el
ambiente para esperar tu llegada. Siempre hubo 1 o 2 regalos,
acompañados de una carta que incluía una historia de vida, cada año,
ésta historia contenía un mensaje de reflexión acorde a la edad de cada
uno de los seis hermanos de mi familia, cada uno individualizado de
acuerdo a la edad, circunstancias y talentos de cada uno. También mis
padres "recibían" una carta con un mensaje de reflexión acerca de su
experiencia como padres. Éstas carta formaban la atracción del día 25 de
diciembre, leerlas en familia y compartir su contenido, traía
reacciones, alegría, compromiso y gran admiración por la sabiduría y
bondad de éste viejito que desinteresadamente nos ilustraba con pautas,
como podríamos tener un año alegre y fructífero, usando nuestros propios
talentos, capacidades y grupo familiar. Fue una hermosa vivencia en mi
niñez, creer en ti viejito pascuero, mientras fui niña y mis padres
mantuvieron la historia, y nosotros como niños, pedíamos un regalo que
se podía comprar.

Repentinamente, la magia cambió, los regalos que te pedíamos no
llegaban, para consuelo siempre llegaba la segunda opción, estabas
ocupado con tanto pedido y lo más fácil era comprar en la tienda. Nada
de lo que te pedíamos lo podías negociar: Trabajo para todos, acceso a
la educación para todos, casa, comida, medicina, regalos necesarios,
básicos para vivir cada año con tranquilidad y poder concentrarse en ser
el personaje de tus historias de nuestra niñez. Sin las necesidades
básicas para enfrentar el día a día, no se puede crecer y vivir
libremente, sólo se logra luchar hoy día para ver si podemos
confrontar... mañana. Seguiremos desvirtuando la idea de tu imagen, te
pediremos regalos que no son regalos, sino nuestro derecho. Necesitamos
nuestro derecho a justicia, y trabajo para todos, sólo así podremos ser
económicamente independiente y no pedirte por regalos que no son
regalos, sino una necesidad de vida.

Yo te pediría como regalo, representarnos en las discusiones por paz y
justicia. Parar las guerras, acabar con el capitalismo, la explotación,
las politiquerías de compra y venta de gobiernos. Te pediría que te
olvides de los regalos a crédito una vez al año y nos ayudes a sentirnos
en navidad- Todos los días del año- con la obtención de lo que es
nuestro derecho. Cuando obtengamos independencia económica, y no
suframos dolor por las guerras, la opresión, la explotación y la
cesantía, podrás tener Navidades mas descansadas y tal vez podrás
escribirnos mensajes en tus cartas de fín de año, que nos llenaran de
espíritu navideño y nos comprometan a seguir fieles al compromiso de
cuidar y mantener tu regalo: Justicia para todos.

María-Beatriz


Viejito Pascuero:


En primer lugar quiero evocar recuerdos cuando niño. Siempre fuiste a mi pieza ( te agradezco por ello) y dejastes los regalitos que te pedí. Tuve esa gran suerte de que nunca me defraudaste. Una vez, ya en la escuela, algunos compañeros me decían que tú no existías, que eras un invento y que todos tus regalos , eran comprados en un negocio cualquiera por mis papás.
En la secundaria algunos de mis compañeros manifestaban que tú eras invento de los mercaderes, como una buena oportunidad de vender y ganar dinero. Después me casé, tuve hijos y mi esposa, era partidaria de no negarte, viejito, era partidaria de mantenerte vivo. como no era dañino y daba alegría a mis hijos, seguí con este cuento. Cuento que a veces se torna cruel, traumático, injusto.
Por la crueldad, que quieras o no, tú también ayudas a provocar, es que te pido que inundes de humanidad, inundes de solidaridad todos los corazones de aquellos que tienen el poder, cualquiera que este sea, político o económico y les quites lo mas que puedas el egoísmo y la soberbia que éste poder encierra, sé que es dificilisimo hacer efectivo mi pedido, porque tú tienes que ver mas con la ingenuidad que con la solidaridad, pero en fin, si puedes hacer algo, hazlo.

Atentamente,

Dongervasio