EDITORIAL

No al Reality show cultural

Nos interesa que en literatura no ocurra lo que está ocurriendo en el campo de las artes visuales, con las ahora famosas “instalaciones”, presentadas en las galerías de "arte" y promovidas en algunos suplementos culturales como algo digno de destacar.
Estas "instalaciones" se han puesto de moda y parecen ahora abarcarlo todo, lo que ha dado como resultado una sobreabundancia de experimentos dudosos e irrelevantes.

Que nos sirva entonces esto de lección a los interesados en que nuestra literatura no vaya a correr la misma suerte.
Para que no lleguemos nosotros también a confundir lo verdadero con lo “raro o espectacular ”, ni tampoco le demos a esto último una importancia que no tiene.
Tenemos que rechazar aquello que es artificio e insustancial, que busca sólo el espectáculo. Porque de nada sirven estas payasadas sin contenido, hechas con el fin de impresionar, como si en eso se agotara su arte.

Según nuestro modo de ver la literatura y el arte son otra cosa. Uno espera de ellos una revelación, una luz, no un mero asombrarse ante acciones que lo único que pretenden es llamar la atención, para después desaparecer. Porque se las lleva el viento.

¿ Qué clase de arte o de literatura es la que entrega estos verdaderos productos de consumo, desechables?
¿En qué quedaron la casa de vidrio, los peces en una juguera, los perros embalsamados, o en qué quedará el personaje disfrazado de fantasma que vivirá durante todo un mes en una galería de "arte"?
Parece que el reality show ha infectado a una gran parte del arte nacional, convirtiéndolo en espectáculo, en atracción. Degradándolo.

La literatura en Chile hasta el momento se salva, y sólo de nosotros depende que esto no nos contagie.
Así que permanezcamos vigilantes y críticos. Alertas. Que no nos manipulen y quieran algunos pasarnos gato por liebre. ( Algo muy común en la época actual)
En literatura, al menos, que perdure la búsqueda y revelación de la esencia del hombre, toda su humanidad.

Ernesto Langer Moreno
Editor