Editorial

El Consejo del libro y la lectura, una institución que desconcierta

 

Desconcierta que cada vez sean más las evidencias de irregularidades cometidas por el Consejo del libro y la lectura. Sobre todo desconcierta que, a pesar de la multiplicación de casos denunciados, el asunto sigue igual, nada cambia.
Aparece un caso tras otro, se levantan algunas voces denunciándolos pero, a poco andar, se le echa tierra al escándalo y todo queda como si nada hubiese pasado.

A lo más los denunciantes quedan marcados como conflictivos y por supuesto quedan inmediatamente en la libreta negra del Consejo.
Porque el ministro, o la ministra, ni se inmuta, y para qué decir de sus subordinados directos encargados de la parte operativa.

Esto puede deberse, como decía uno de nuestros lectores, a que en el Chile actual la denuncia moral no tiene peso alguno y la justicia tarda en llegar o no llega. Así que simplemente el Consejo ignora la denuncia y continúa, porque sabe que con el tiempo logrará la impunidad.

La cosa es bastante grave. Después de nuestra reciente denuncia., ver en http://www.escritores.cl/blogeditor/ muchos lectores nos han escrito para manifestar su indignación e impotencia frente a lo que sucede con el Consejo del libro y la lectura que ha perdido toda credibilidad y, aún así, persiste en sus prácticas poco claras.

Todos quisiéramos ver un buen remezón, que suceda algo que nos asegure que las cosas cambiarán, pero también sabemos que como dice el refrán “ en todas partes se cuecen habas” y que la corrupción parece haberse instalado en nuestras instituciones públicas para quedarse.
Por eso precisamente es lamentable el silencio que nuestras autoridades políticas guardan frente a estos hechos irregulares denunciados. Mientras los cara de palo de siempre continúan aprovechándose del río revuelto y la ingenuidad de los chilenos.

Al final pareciera que los malos ganarán y se saldrán siempre con la suya, pero hay que seguir vigilando y denunciando estos verdaderos atropellos a la cultura. Tenemos el derecho a hacerlo toda vez que las platas son públicas. No hay otro modo de limitar el fraude de estas prácticas que no son serias ni honorables.

Le cabe al Consejo del libro y la lectura demostrar que esto no es cierto. Si es que puede.

Ernesto Langer Moreno
Editor

elanger@escritores.cl