ARISTÓTELES ESPAÑA

SELECCION DE POEMAS DEL LIBRO

MATERIA DE ELIMINACIÓN

SEGUNDA EDICION


PREMIO "ALERCE"
"ROLANDO CÁRDENAS 1998"
DEL CONSEJO NACIONAL DEL LIBRO Y LA LECTURA DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y LA SOCIEDAD DE ESCRITORES DE CHILE


EL SECTOR PINK FLOYD


En la puerta urbana del Sector Pink Floyd
hay una señorita
muy oscura
que trabaja con un Sujeto Poético;

su cuerpo es larga duración
y LP,
tiene una mustia mirada
como de caracol chilote,
como de botella de vino.

Y después de dar vueltas
por la parte urbana del Sector
se multiplica,
se abanica,
bebe agua de manantial inglés,

esa tensión que se produce en la axila,
es larga como un video,
tiene asma cultural,
se llena de genes,
de aires múltiples como la Maldad,
como la escritura de Joan,
Y LA PARTE URBANA se oscurece aún más,

Y la voz de la señorita es CHILE,
e inventa un cuento fantástico,
luego una canción rural,
luego un contemporánea ciudad musical
más linda que Firelei,
más loca que Susana,

y el SECTOR PINK FLOYD
se llena de luto,
de escamas,
de silencio
por la señorita y el Sujeto Poético,

porque ella amanece con un lenguaje de España,
el cuerpo es un documento político,
toda la soledad es un espectáculo,
el idioma se abre como un vientre
después de una ráfaga,
y la parte urbana del Sector
y la parte Rural
y la parte LP
explotan como hermosos adjetivos.

 

LO CONTEMPORÁNEO DE LA
MUCHACHA DE KARUKINKÁ


La chica de ojos lindos atraviesa el libro humilde
1615/
y entra a un canto Selk - Nam
que está dormido,

y es un canto como un viejo guanaco muerto en
1780/
que ahora tiene sed de historia,
es un cielo de Karukinká
que vomita imágenes de naufragios!

Y ahí la chica de ojos lindos abre su cabeza,
sus espejos de mujer virtual,
su mar y su erotismo,

a través del cual:

- hay un humo en la calle
- un ojo en otra onda

que en el año 1940
colocó una boina imaginaria en Tierra del Fuego,
ahí entró diositosanto,
entró filosofía importada,
algunos mitos y lenguas sin Pigaffeta,

y la chica amanece,
como una ola que llora de soledad en el Estrecho


de Magallanes, 1995,
con la nieve de fin de siglo,
con sus alas y toda la eternidad
y ángeles sin muros
y alcohol y sandalias y cohetes!

 

 

KARUKINKÁ Y EL LÍQUIDO

Y es la noche de Karukinká, el sur de la noche
en la Tierra de los Fuegos,
y hay una luna en el fondo de la tierra,
y un sol arriba,
que da vueltas y vueltas entre nuestros
antepasados;

Por ahí estuvimos: ausentes, con las cámaras
de la civilización,
acechando, como sobrevivientes de otros mundos;
y todo ardía, y la luz entraba por las arterias
de la tierra;

de pronto, el líquido eterno asomó en la historia
de este sur, un líquido similar a las lenguas
de viejos dioses,
que entregaron la energía, el amor, el poema y la
potencia /,

un líquido que emergió de la geografía de Lacolet,
y la voz de Karukinká anunció una tempestad
en la noche blanca;

 

Y LLEGARON PÁJAROS, MÁQUINAS, EL HOMBRE ENTRABA Y SALÍA:
- de la ventisca,
- de su caldo
- de su agua
- de sus pantanos,
toda la materia enloqueció como un lobo herido

en un precipicio,

callaron fiordos, canoas?,

el gris del cielo,

y entró el petróleo a la raíz,

y empezó a seguir el vuelo de las aves migratorias, y en cada espacio inmóvil estaba todo el misterio,
/ la noche,

Y ESTABA EL INFINITO AHÍ:

con dientes y piedras

y musgos petrificados!

 

 

EL TERCER POEMA EN EL CUARTO


Es el último de aquel vientre pálido y repleto de
/ profecías.
No tiene otra intención que volver al testimonio.

Ha visto cómo está asustado en la viga de tu
/ palabra
y se desplaza entre una mirada y una atmósfera
/ como de otoño.

Al fondo, una danza de indios prisioneros,
todo escrito como crónica para un periódico,

escarbando en lo lineal!

Este último poema es una flecha que sale
/ disparada.

Después, el grito que no se puede pronunciar,
/ la bestia oculta entre una línea.

Han hecho una hoguera, Apollinaire, en el abismo.

No estamos palpitando con la Creación.

Es el misterio

Es el estallido

Lo que nos aproxima.

 


ALGUNOS SECRETOS

Y el ojo alrededor de una antigua casa en Chiloé.
El Ojo. El Trueno.
Los llantos de guaguas y esos presagios:

Un anciano recorre a pie todos sus fantasmas.
Un pescador mira fijamente sus manos.

Una mujer pide a Dios que la posea.

Y nosotros en medio de la ciudad con nuestras
/ encías.
Escuchando cantos gregorianos.
Siendo cálida tú y yo amante muerto. Muerto.

Más gritos:
Muchos animales que empiezan a mirar este
/ rincón.
AH! RINCÓN:
nave, recortando la madera,
y otro abismo como quieres que huya
si todos los signos dan hacia mi lengua.

Casa. Grande Casa Antigua en Chiloé.

Muro Lleno de Cuanto Ojo y Nunca Patria.

De esqueleto.

El tiempo se nos va.

 


EL OTRO INVIERNO

Las voces de mis primas arden en dirección a un
/ enero que se fue.
Todas reencarnadas, pequeñas leyendas,
ubicándose en el agua donde eran más duendes
/ que mujeres:

Imitaciones vagas, un cuadro de Renoir,
carreras en el patio donde devorábamos el asado
/ navideño.

Vuelve a repetirse el mismo sol en sus muslos
después de doce años,
esa lucha por parecernos a parientes remotos
como si nada hubiera sucedido,
y eso de usar siempre los mismos disfraces.

También una danza que ya no recuerdo
y afiches religiosos,

con los magos que regresan de una historia
/ diferente cada día,

con imágenes de leones muertos
y ese bombardeo en los órganos sexuales,
y el mismo final en boca de hijos imaginarios:

Fotografías viejas que empiezo a destrozar en el
/ cuarto
de una húmeda pensión en calle Diez de Julio en Santiago de Chile en 1981,
reteniendo el aire,
mientras miro, inmóvil, los huesos en la pared.

 

 

CLÍNICA DE BUENOS AIRES

A Alvaro Ruiz

Se abren y cierran los párpados, y la puerta
/ abierta,
donde pasan duendes, enfermeras, gitanos,
/ lobitos;
y aparece la voz de una profesora de piano, canta.
Luego inyecciones, vaticinios, espacios vacíos,
/ soles.

Y hay una iglesia en la pared, con anteojos azules!
y un día gris con un patio lleno de gallinas y peces!
y un lagarto sicodélico lleno de burbujas filosóficas
está enquistado como un cadalso en la prisión
/ clínica!

Entonces, tengo miedo de Tatiana, la enfermera
/ larga.
Ella alza su mano derecha hacia mi vómito,
/ el schok!
Y un ruido de gusanos sobre el penecito, sobre la
/ cabezota!
La puerta tiene ojos de abismo sexual, de
/ eyaculaciones!

Y la tarde es blanca como las sábanas; aparece
/ Graciela!
y hay una botella de vino en el velador; botella
/con piernas
de la enfermerita larga!

Tengo miedo que aparezca una catarata, los
/ antiguos cuernos de Madame Julie.

Es noche. Veo crucifijos, monedas de cien pesos,
/ adioses!


Y una canción llena de fármacos norteamericanos;
/ huesos.

Ella atraviesa la habitación completamente desnuda, AHÍ!

Y hay una luz con cenizas y peligrosos gnomos
/amarillos!

PARA VOLVER A DOS PARTES,

DOS PERSONAS,

CUATRO OJOS FALSOS!!

 

 

LA MULTITUD
A Leonora Vicuña


Era una mujer con anteojos en la Alameda de las
/ Delicias.
Un caballero con barba, dile, en el túnel con toda
/ La Biblia.

Entramos, CHIQUITOS , a un estado con mujeres
/ con banderas:
ÉL.
Una señora con cartera en la vía hacia nosotros:

¡ÁNDATE!

Un viejito con bastón en la esquina de calle
/ San Martín;

Un Coronel y su Bufanda en una foto de
L E O N O R A V I C U Ñ A.

Ese poema pegado en la pared, en la pared, en la pared!

El último KAWESKAR lava sus sonidos en el baño público!


Abramos las cartas con amigos en su interior:


Gritos, sí!

El verso tiene las manos sucias de cordilleras,
/ es mitomanía pura.

Un giro hacia la izquierda.

El árbol no tiene delantal, eso!

Y es el verso el que cae sobre la multitud,
/ el verso lloviendo.

AH!, los seres en la Gran Avenida con una mueca
/ y sollocitos.

Qué te crees, dile, que eres un muñeco?,
una huella perdida?.

Que tus pupilas en los reflectores?,

Y EL DIOS AHORA Y LLUEVE (NO)

Que nos vamos, dile, para que nos oiga este

/ con escapulario.

 

 

TINTA DESCONOCIDA


"No te olvides del lector
po
po
poe
ta: el lector de poesía
es el más exigente inteligentísimo
culto preparadísimo!"
RODRIGO LIRA
(DE: "Sermón de los Hombrecitos Magentas")

Qué extraña es la luna de esta provincia.
Con un caracol en los ojos
Y un niño encima de la eternidad,
Una escuela pintada de negro
Y una flauta en los dedos
De todos los habitantes.

Porque veo un árbol
Y las novias ya no dan vueltas por la plaza
Sino que empiezan a arder y son imágenes.
Y TÚ EMPIEZAS A SER MALA
CUANDO LA LUNA ESTÁ LLENA,
Y es agua - me dices- la luna tiene agua,
Y te subes también a EL ÁRBOL PRINCIPAL,
Y saca tu pañuelo como yo, te digo,

Gritemos basta ya!
Que el mundo sea un grito o una manzana
Y todos nos miran asustados
Y tú ríes y mueves las manitos.

 


SOBREVIVENCIA EN EL BAR

Entraban los ratones a morder el último vino del
/ miércoles,
llegaban con libros y sombreros gastados, llegaban,
/ mordían.
Querían que la destrucción no sea tan dialéctica,
/ eran copas!
Les decíamos ratoncitos, en tardes como incendios
/ o árboles.
Y bebíamos el mundo, la marea, el ombligo, sin
/ escalas, ¿sí?
Ellos, es decir, nuestros ratones, se perdían entre
/ parroquianos.
Las exigencias eran duras: siempre el páramo, las
/velocidades.
Se exigían algunas derrotas, por supuesto. Todo no
/ era miel.
El detalle exacto lo tenía la capacidad de ser un
/ Gran Bandido.
A los ratones les gustaba morir todos los días,
/ nosotros ahí;
Las pesquisas eran arduas, había palabras ya
gastadas, mitos.
Llegaban grandes barcos con ratones vestidos de
/capitanes!

Pero el asunto era de vida o muerte, no había
/ término medio.
La poesía en el aire y la muerte también, como un
/ Gran Ojo!
La vieja costumbre de los finales, los procesos
/ tardíos, todito.

La mesa tenía un Germanoe, un Jorgiño, un
Rolanhoe (el bar);
Un Ivanoclasta, un Juanguz, un Ramondi,
un Ramoncarmo,
Un Augustito, un Alvarote, un Roberara,
/un Enriqueval (el bar),

Y en el fondo del bar, también se instalaban
/ gusanos mustios!,
eran los viejos minutos de la especie, la tempestad
/ y los retos.
Una tenaz lucha entre resúmenes y vacíos,
/ la soledad y la espera.

A Rolando Cárdenas y Jorge Teillier. También a Eduardo Molina Ventura ("El Chico Molina").
La Unión Chica, Nueva York 11, Santiago de Chile, 1982.

 


HAY UN HIMNO PERDIDO DEBAJO DE LA CASA

A Martín Cerda, que lo vio

Y lo hemos encontrado desnudo, rodeado de viejos
/ gatos vagabundos,
con sus palabras esparcidas entre las astillas y
panes duros,
con malditos pedazos de zargazos que entran a esta
/especie de subterráneo
o bunker donde viven los fantasmitas de Martín,
donde se pasean divitas y uniformes, balas
/ y besos,

con viejas y nuevas ideas que bailan entre los
/ muertos,
con frazadas, palabras, zapatos de mujercitas,
camisas azules y blancas
y rojas y verdes,
también aparecen gargantas y mesas y viejos
/ fusiles
que entran y salen del himno, que ahora tiene
/ hambre,
sed, mucha sed de historia, de viejos robles,
/con gorras y pus,
y vino blanco, y gin con gin;
y ahora conversa con los gatos, con un fox terrier,
mueve la patita izquierda, la derecha,
/ hace así y asá con la cola.

 

ARTE POÉTICA


Cada día más acostumbrado a la nostalgia,
con cara de pastor, de hit!, buenas noches,
inserto ya completamente en este bosque;


con fugas prematuras y un sicópata testigo,
se va el oficio y el poema va en rinoceronte.
No hay estancia que salve la tarea, no hay!


Harto ya de ser un frío testimonio, la vidita
tiene alas y es la Parca que nos busca dócil!
Un mal destello!, todo está escrito (el rayo);


se viene la línea con un zancudo, con sus llagas!
el dolor no tiene la última palabra, no tenerla!
Está el terceto con un pene, la reproducción?

 


ENERGIA DE LA MADERA


A Cecilia Casanova
Es la madera lo único sensato,
Nada más que la luz, el sacramento.

Donde entró por primera vez la muñeca,
a la historia entró la muñeca!,
con su muerta, con el hueso y el amor
del destierro,
el hueso!

Y, entonces, que la madera es historia,
El submarino y la celda,
Alguien llega con una muchedumbre.
Otro amanece!

Y seremos la piedra que da vueltas por la
/ Humanidad.

Una tierra con textos de geografía,
el hastío de lo nuestro!

Y es noviembre con su madera.
Pobre el mes y la mortaja,
¿Qué pasa con la mortaja?
Con tu madera sin ideología?
La atmósfera y el beso!.

En el fondo; ella con su mueca.
Tú extremidad ahí: Toda la madera.