El mundo literario chileno sigue sin grandes cambios, en el mismo círculo restringido, excluyente y al parecer de muchos, misterioso e impenetrable.

Los famosos corridillos de escritores avezados siguen existiendo, acumulando sus aspiraciones y rencillas, haciendo frente al desafío de aparecer y destacarse a como dé lugar.
Por otra parte, los medios persisten en ignorar los verdaderos talentos literarios en aras de una rentabilidad comercial. Las editoriales también, salvo excepciones, continúan publicando según el criterio de mercado sin tomar en cuenta lo literario.
Y por último, gracias a Dios, en otro frente completamente diferente, continúa existiendo el mismo mundo literario alternativo, verdadero, siempre pujante, con sus escritores y editoriales independientes, dando vida a nuestra literatura, a pulso.

Este panorama parece ser una condición habitual, donde desgraciadamente los odios, resquemores y desencuentros hacen nata, como muy bien lo expresara anteriormente el escritor Roberto Rivera en este mismo Portal.

Por lo mismo que no es un medio simple; al contrario, es un medio capaz de desalentar a cualquier aprendiz de escritor que quiera probar suerte con sus escritos.
Cuesta mucho hacerse un espacio, y se recurre a todo para lograrlo. Como ejemplos conocidos tómese a cierto vate distinguido escribiendo sus versos al señor Presidente de la República; o al señor Gumucio que a falta de talento aprovecha el apoyo de sus amigos para aparecer en los medios de comunicación; o a aquellos otros que, lamiendo el lomo al oficialismo, esperan obtener unas míseras prebendas.
Es una dura lucha descarnada y sin reglas.

Por eso estimado lector(a) ante este oscuro y odioso panorama, si a usted le gusta escribir continúe haciéndolo, no mire mucho para el lado ni sufra con los recurrentes rechazos e indiferencia y persista superándose en el oficio.

Además, para eso existimos nosotros, para darle oportunidad a quienes la buscan y persisten.
Así que trabaje, disfrute de lo que hace, escriba y siga escribiendo. Participe en nuestro Club Literario, continúe nuestras historias inconclusas, forme parte de nuestros talleres literarios.
Quien sabe si después de todo esto, una vez muerto hasta le levantan una estatua o lo nombren hijo ilustre de su pueblo natal.
(Recuerde que esta editorial comienza diciendo que el mundo literario chileno es misterioso.)

Por último, no olvide votar en nuestro Portal por sus preferencias para el premio nacional de literatura.