Selección de poemas de Armando Uribe

Premio Nacional de Literatura 2004


Me muero de ganas de verla

Me muero de ganas de verla
pero no la veré jamás.
Desde hace un año rodó, perla
perdida al nicho de la urraca
o a cuatro estómagos de vaca.
La degradaron por siempre jamás.
Nunca jamás nunca jamás.


Muero de amor por una muerta

Muero de amor por una muerta
divinidad humanizada
por mí, que ahora yace yerta.


Me quiere no me quiere nada

.La quiero aunque sea esqueleto
con la carroña al rededor.
A sus pies seré roedor

 

Asumo la vejez

Asumo la vejez y sus molestias
y sus estupideces: por ejemplo
ver en televisión una película
sobre un sobreviviente de Auschwitz.
¿Palabra que rime con Auschwitz?
¿Ven que la vejez es ridícula?
Me llevo rezando sin templo.
Sobreviviendo como bestia.

 

El matrimonio es ascetismo

El matrimonio es ascetismo
· como en las grutas del desierto,
alimentándose de hormigas,

como de miel cuando hay abejas,
¿Y si el panal no tiene abejas
(o no hay panal)?, de pocas migas
como los pájaros si hay huerto.


CRÍTICAS DE MIEDO

Los muertos que fuimos ya se aburrieron
de estar muertos. No renacimos sino que nacimos
mal hechos unas furias, maltrechos y con caras
de ningunos amigos de nadie en absoluto.
En eso estamos. Nos barrieron
debajo de los pies con escobas de arbusto.
Luego después de lo cual nuevamente nos fuimos
a las regiones lóbregas desde donde apagamos
.......... las lámparas.

 

"No comprendeís aún la vida,
¿como querríais comprender la muerte?"
Empezad por la vida. Está compuesta de esta
incomprensión. La pregunta atrevida
no la perturba. (Desperécela y vierta
en su útero). Dormid con ella siesta.

 

Inéditos


La muerte despiadada no hace excepciones: uno
por uno nos recoge del suelo en que vagamos
como hormigones negros -cuando menos pensamos
pero en nada pensamos- cuando nos llega el turno
despiadada nos coge con sus pinzas de fierro
nos traslada al lugar de nuestro entierro.


La catástrofe el holocausto el fin
del mundo el cielo y el infierno
la loca el imbécil y el estafermo
bailando en honor del delfín
que me lleva en su lomo
y en la cabeza tengo un cono
con las letras: culpable
pues me prohiben que hable.


La baja estofa y la mala ralea,
los mentecatos, los canallas
los mediocres sus primeros hermanos
por más que mucho se laven las manos
y alcen como abanicos sus agallas,
muy mal olor que no se orea.


Siniestra sordidez, abre tus alas de paraguas,
agítate murcielago peludo,
calvo, panzón, desnudo,
rondan la cama mariposas vagas.
Este, que fue mi amigo ya no lo es.
Siniestra sordidez
de todo lo que me rodea,
todos sonriendo y portando una tea.


Los zorros y los lobos tienen sus madrigueras
pero el hijo del hombre los hijos de los hombres
¿dónde reposan dónde descabezan
sus sueños? Pesadillas. ¡Y que troten
las caballerías de los degüellos!
Que se abra el lacre de los sellos.


"No comen, ni tienen excrementos mayores:
aunque es opinión que les crecen las uñas,
las barbas y los cabellos".
¡Encantados cadáveres! Amores
sepultados ahora son pezuñas
que se mezclan con vellos.

 

Las Críticas de Chile


3/La dictadura
no fue un error, tiene apellidos,
como colas de rata o lagartija,
y su elenco de honor para asesinos
los regocíja todaví y dura
indefinidamente; no fue un malentendido
sino la voluntad de pasar una lija
de hierro por encima de los niños.
(Críticas de la Vida Política)


1/ ¿Y qué fue del chileno
viril, culto, vernáculo,
señor de alguna tierra,
que sabe algo de leyes,
tranquilo? Se acabó, estará enterrado:
ya no corren los trenes,
las cortinas de fierro ya se cierran,
la ciudad y los campos son como cementerio.
(Crís de la Vida Social)


2/Ciudades complicadas y secretas
y los terceros pisos en penumbra!
Libros de estampas japonesas,
Grabados en los muros, y abanicos,
Borlas de terciopelo y correas de seda,
Espejo grande oblicuo.
Amarrada a los pulsos, de los pies amarrada.
Sonrisa dolorosa con rouge color violeta.
Y la grupa es un grupo de amores que retozan
Con suaves movimientos de caballo las crines al aire del aliento.
Crimen de la virtud y delicia del vicio,
Anchas manchas violáceas, moretones
Dulcísimos, saliva como jugo
De agua marina, joyas en anillos
plateados, instrumentos de torturas
vehementes, el sol nos deja ciegos
con su relámpago y su rayo que desnuca.
(Críticas de la Vida Sexual)

Del libro "Las críticas de Chile
Be-uve drais Editores, Santiago, 1999

 

  • ARMANDO URIBE ARCE Nació en Santiago de Chile en 1933. Estudia Derecho en la Universidad de Chile, donde se titula de abogado condistinción. Muy pronto hace convivir el ejercicio de su profesión con el de escritor, iniciado en 1954 con El transeúntepálido y El engañoso laúd (1956). Se desempeñó en distintas cátedras en el área del derecho en la Universidad deChile, Universidad Católica de Chile, Michigan State University, Estados Unidos; Università degli Studi di Sassari, Italia; yParís I, Francia, donde estuvo exiliado durante el régimen militar. Miembro de número de la Academia Chilena de laLengua y Académico de la Real Academia Española de la Lengua, ha sido condecorado en México y el Reino Unido.Durante el año 2002 recibió dos Premios Altazor: en obra poética por A peor vida y mejor ensayo por El fantasma de lasinrazón y el secreto de la poesía.Ha publicado en los ámbitos del derecho, la religión, la política, la ficción y la literatura. Entre sus obras: Antología de EzraPound-Homenaje desde Chile (1995), Alone, la sombra inquieta (1997), Odio lo que Odio, Rabio como Rabio (1998),Carta abierta a Patricio Aylwin (1998), Las brujas de uniforme (LOM, 1998), Los Ataúdes (1999), Las Críticas de Chile(1999), A peor vida (LOM, 2000), Memorias para Cecilia (2002), Carta abierta a Agustín Edwards (LOM, 2002) yCaballeros de Chile (LOM, 2003).