inicio biografía el libro contacto

 

INTRODUCCION

¿Cómo se me ocurrió escribir este Manual? La verdad es que esta inquietud nació, entre otras, de dos situaciones especiales que me tocó vivir directamente.

LA PRIMERA
Observé como una mujer, con su bebé en brazos, trataba inútilmente de mantener el equilibro en un carro del Metro sin que nadie, especialmente un par de jóvenes, le cediera su asiento. Lamentablemente, yo también viajaba de pie. Al final uno de ellos atinó y cedió su asiento ante las miradas llenas de reproche que varios de los que estábamos cerca, le dirigimos.

LA SEGUNDA
Quizás la situación más fuerte que me tocó vivir también sucedió en un carro del Metro cuando observé que una mujer miraba en determinada dirección.

Miré hacia el destino de su mirada y observé como un muchacho bien vestido y de aparente buena educación, estaba sentado con ambos pies puestos en el asiento que estaba enfrente suyo, no solo ensuciándolo, sino que, más grave todavía, impidiendo que otro, como la dama en cuestión, se sentara.

Me acerqué al joven y le sugerí que bajara los pies para que la señora tomara asiento.
Recuerdo que me miró de manera displicente, pero luego, de forma inesperada para mí, me respondió con un montón de garabatos que seguramente quisieron expresar: “que te metí´s tú, viejo tal por cual”.
La verdad es que quedé “para adentro” con su respuesta; sin embargo, luego bajó los pies y permitió que la mujer tomara asiento.

No obstante este hecho, incomprensible para mí, las dos fueron experiencias que me marcaron a fuego (respecto de otras, muchas las encontrará en este Manual).

Y me comencé a cuestionar. ¿Cómo deben ser las relaciones entre nosotros, los integrantes de la raza humana? ¿Cómo es posible que no exista una buena convivencia entre todos? ¿Dónde, cuando y por qué hemos fallado? ¿Acaso fallaron nuestros padres al darnos una, quizás, no muy adecuada educación? ¿Fallamos nosotros al no traspasarla adecuadamente a nuestros hijos? ¿Fallarán éstos cuando deban hacerlo con sus propios hijos?

Debiéramos tener siempre presente que las relaciones interpersonales son de gran importancia tanto para una buena convivencia como para una buena educación que luego se reflejará en el resto de las diversas facetas de nuestra vida, tanto social como laboral. El convivir con personas, que pudieran ser o no cercanas a nosotros, como la familia, los amigos, los vecinos y hasta los mismos desconocidos, no requiere de grandes normas de educación, sino de aquellas básicas que permitan la cordialidad y la armonía. Un trato cercano o familiar no tiene por qué ser falto de educación.

Y ahora viene la gran pregunta: ¿por quienes deben comenzar las buenas costumbres? Y la respuesta, que no debiera asombrarnos, es muy fácil: por nosotros mismos, y a través nuestro debieran hacerse extensivas a nuestros congéneres.

No debemos ser educados solo cuando nos observan. Lo debemos ser siempre, en todo momento, y con cualquier tipo de personas, pues nuestro buen proceder se debe entender que está, o debiera estar, orientado a nuestra propia satisfacción.

Fue en este momento, después de intentar responderme estas preguntas, cuando decidí escribir este libro con el fin de que aquellas personas que no cumplen a cabalidad ciertas normas de vida pusieran más atención en el derecho de los demás.
Empero, lo pensé mucho antes de llevarlo a la práctica porque siempre me preguntaba: ¿con cuál de todos los casos, que estoy a punto de señalar, las personas me identifican a mí?, ¿y quién soy yo para acometer esta labor?

Pero creí en lo que podría llamarse “bien superior” y seguí adelante con mi idea.

Aquí les presento, entonces, este libro al que, “de puro ingenioso”, le puse por título: “MANUAL PARA UN ATONTADO”, que incluye numerosas SUGERENCIAS para su análisis y eventual aplicación, si lo considera procedente.

Este libro ha sido escrito en beneficio del comportamiento social de todas las personas del mundo, desde quienes comienzan su etapa escolar (cuando aprenden a leer) hasta aquellos que estamos cerca del ocaso de nuestras vidas.

En el texto encontrará diversas frases que escribí para contribuir a la toma de conocimiento sobre los diversos aspectos de que trata este Manual.

Pero también encontrará frases de importantes escritores, científicos, filósofos y estadistas, que he utilizado con el mismo objetivo.

Léalo con altura de miras, y trate de hacerse la misma pregunta que me hago reiteradamente yo:

¿En qué grupo estaré encasillado?

¿Dónde me encasillarán las demás personas?

¿Cómo hago para modificar mi comportamiento cotidiano si es erróneo?
¿Puedo o no suplir mis falencias, o fortalecerlas en la medida de lo posible?
¿Debo perseverar en mis fortalezas, si es que las tengo?
Las respuestas a estas preguntas me aclararon aún más mi situación personal, por lo que, ante usted, amable lector, me comprometo a continuar revisando mi normal comportamiento y a modificar mis conductas en aquellos numerosos aspectos en que permanentemente fallo, a fin de que mis cercanos, principalmente mi familia, se sientan orgullosos de mí… si ello fuera posible.

De lo que sí estoy seguro es que no soy nadie para dar consejos por lo que se debe tomar el contenido de este libro como una simple SUGERENCIA.

EL AUTOR