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(fragmento del libro)

Era mediados de Julio, en una nublada y oscura tarde de
invierno de 1997, Braulio y su prima paseaban por la playa, el día
estaba muy frío y el viento soplaba congelando hasta los huesos; en
el cielo, las gaviotas llamaban a la lluvia, mientras que en el mar, los
pescadores alzaban sus redes por el mal tiempo que se acercaba a
la región. Braulio y Patricia, caminaban a lo largo de la playa vacía
y charlaban sobre aquellas cosas que tanto les encantaba, aquellas
situaciones misteriosas que suelen ocurrir y de las cuales, sobretodo
Patricia, quería descubrir. Ella se había quedado con aquel libro
escrito a mano lleno de signos y maldiciones que encontraron hacía
un par de años atrás en el subterráneo de la casa de sus abuelos,
un libro que había pertenecido a sus tatarabuelos... quién lo iba
a creer, sus antepasados cercanos habían sido brujos. Braulio
pensaba en eso, aunque también otro pensamiento cruzaba por
su mente en esos instantes, un grato recuerdo, su novia regresaba
esa noche de Santiago y por fin, después de una semana, podrían
volver a estar juntos.
Braulio era un muchacho tranquilo, de pelo castaño claro
y ojos verdes, bello, inteligente y buen estudiante, le gustaba el
deporte y la música como grandes hobbies, era hijo de un prominente
médico de la zona y de una exitosa ingeniero civil; se podría decir
que tenía una gran familia. El, a pesar de sus sólo 18 años de edad,
había conocido hacía ya cuatro años a su gran amor: Camila, de
la cual estaba profundamente enamorado y con la cabeza llena
de planes para futuro. Se suponía... un lindo futuro.
-¿Cuándo llega Camila? -preguntó Patricia, interrumpiendo
los pensamientos de su primo.
-Esta noche a las diez -respondió Braulio con una sonrisa.
-¿La has echado de menos?
- Demasiado... esta semana fue horrorosa, ¿por qué crees
que me vine al Puerto?
-Entonces, ¿te marchas hoy?
-Si, ya no más iré a casa a despedirme de los abuelos, tomo
mis cosas y viajo a Vallenar.
-¿Y qué has pensado sobre eso? -preguntó Patricia yéndose
a otro tema
-¿Sobre qué?
-Sobre lo de practicar brujería.
-Pienso que estas loca... eso no más.
-¿Eso no más?, ¿nada más? -preguntó sorprendida su
prima.
-Mira, yo sé que desde que somos niños chicos nos ha gustado
toda esa onda que tenga que ver con el misterio, el espiritismo o
la brujería, pero tú sabes muy bien que a mí me gusta investigar
sobre ello, y que nunca he pensado en practicarlo.
-Pero si nuestros antepasados fueron brujos, además, ya
hicimos cosas hace un tiempo atrás ¿no crees que lo llevamos en
la sangre? -insistió Patricia.
-Quizás, pero no me interesa... además esas veces siempre
me llevé los sustos de mi vida… ¿vamos?, está haciendo frío -cortó
Braulio.
-Bueno, vamos -contestó Patricia desanimada y caminaron
juntos hacía el jeep.