Es
grato constatar que la literatura en Chile sigue respirando.
Lo sabemos porque cada semana recibimos, a lo menos,
una o dos invitaciones para asistir a la presentación
de un libro; o porque nuestros lectores aumentan; y
también porque escritores como Skármeta,
quien acaba de ganar el premio Planeta, ponen nuestra
literatura en primera fila de la literatura mundial.
También lo sabemos porque con el fin de subsanar
la falta crónica de posibilidades de publicar
en nuestro país, los escritores chilenos se organizan
y crean nuevas instancias, como es el caso de PROLIART,
la nueva Promotora chilena del libro y el arte, que
se estrena en sociedad durante esta 23 Feria Internacional
del Libro de Mapocho, y que promete ampliar, con ideas
nuevas, el horizonte de edición de nuestro país.
Carlos
Pezoa Veliz fue el poeta más importante de su
época, al decir de algunos. Su trabajo artístico
rompe con los modelos parnasianos y simbolistas del
modernismo dariano y se inscribe en el posmodernismo.
Su quehacer apunta hacia las raíces y la voz
del pueblo, hacia la vida del campo y la ciudad, deteniéndose
en los campesinos, relegados y marginales, los humillados
y caídos. Utiliza un lenguaje coloquial e irónico,
aunque también por sus poemas espejea la melancolía
y el dolor. Hay rebeldía, cierto lirismo y muchos
han visto en él un antecedente de Nicanor Parra.
Francisco Simón Rivas Larrain nació en
Santiago, Septiembre de 1943. Es Licenciado en Filosofía
con mención en Filosofía, Profesor de
Filosofía Antigua, Profesor de Literatura Hispanoamericana en la
Universidad de Chile y Médico Cirujano, Profesor
de Neurocirugía, Universidad de Chile y Universidad
de Santiago de Chile.
Ha sido invitado como expositor a diversos Coloquios
Literarios chilenos y extranjeros en Universidades de
Argentina. Colombia, México, Canadá, Bélgica
y Francia.
Sus cuentos han sido publicados en numerosos periódicos
chilenos y extranjeros.
Lea
aquí las reglas prácticas de G. MARTÍN
VIVALDI
Las palabras son los utensilios, la herramienta del
escritor. Y como en todo oficio o profesión,
es imprescindible el conocimiento -el manejo- de los
utensilios de trabajo, así en el arte de escribir.
Nuestra base, pues, es el conocimiento del vocabulario.
El empleo de la palabra exacta, propia y adecuada, es
una de las reglas fundamentales del estilo. Como el
pintor, por ejemplo, debe conocer los colores, así
el escritor ha de conocer los vocablos.
En esta oportunidad el escritor en el banquillo es el
conocido autor de novelas policiales Ramón Díaz
Eterovic, quien ha obtenido una treintena de premios,
entre los que destacan el Premio del Consejo Nacional
del Libro y la Lectura (1995) y el Premio Municipal
de Santiago, Género Novela (1996 y 2002). Ha
sido finalista en los premios Casa de las Américas
(Cuba), premio Planeta Argentina de Novela, y premio
Dashiell Hammett de la Asociación Internacional
de Escritores Policíacos.
PROLIART,
nueva organización gremial de escritores chilenos
Debutando con su presentación en la 23 Feria
Internacional del Libro en la Estación Mapocho,
un grupo de escritores chilenos unen sus esfuerzos para
organizarse en esta Promotora del Libro y el Arte, con
el fin de ampliar las oportunidades de publicación
de los autores nacionales.
Patricia Cabezas Flores, nació en Santiago de
Chile, hace 47 años, estudió Derecho.
Después de una larga vivencia en Florencia, Italia,
y luego Europa, fue invitada a participar en un concurso
en Madrid, España, donde fuera seleccionado su
poema “ El Combatiente” y publicado en una
Antología de Poesía del habla Hispana
junto a otros Poetas Españoles. Los versos aquí
presentados perteneces a su libro “ Solamente
Palabras” de Ediciones Gráficas Ruiz Polo
S.A.
Escritores.cl en conjunto con el Portal Logos, presentan
a sus lectores una base de datos desde donde usted puede
bajar, gratuitamente, cientos de archivos con textos
de autores chilenos, para leer en su computador. Desde
los poemas de Neruda, hasta el Libro negro de la justicia
chilena.
Sin duda alguna que esta novela nos presenta a un escritor
maduro, con mayor oficio, narra mejor que en sus dos
primeras novelas, no se alarga tanto, describe lo justo
y tiene un talento especial para adentrarse en el mundo
de la gente humilde y trabajadora. Los dibuja con sus
virtudes y flaquezas, siendo profundo el análisis
del alma pampina.
No en vano conoce profundamente esa realidad
Además, condimenta muy bien el relato con lampos
de humor, muy chileno por lo demás, con lo cual
la lectura se torna atractiva, interesa, no aburre y
se presiente el desenlace.
La animosidad, incluso el odio que ciertos escritores
e intelectuales chilenos enarbolan contra la Sra. Allende
no son nuevos y alcanzaron un punto álgido durante
las últimas postulaciones para el premio nacional
de literatura. La persistencia y virulencia de los ataques
choca a muchos chilenos y son difíciles de comprender
en un país que se precia de civilizado. He aquí
la expresión objetiva de una mentalidad aldeana,
inquisitorial, castradora. Unos la expresan descaradamente
con pólvora o vitriolo, otros la visten con palabras
condescendientes o de perdonavidas, pero es siempre
la misma.
Humor,
crítica, severo examen y desnudas verdades
habitan las variadas secciones de estas "Píldoras".
Las hay blancas y negras, según calificación
del propio autor. Casi siempre obtienen una sonrisa
o un asentimiento con que la lectura premia lo insólito
y , a veces, lo inaudito del enfoque con que asesta
un lancetazo en el pecho de lo existente.
Trátase
de un libro plural que hace de la condición
femenina su nudo y materia constantes. El predominio
del texto breve sirve a la eficacia del rendimiento
poético consistente en decir la propia humanidad
a partir del reconocimiento de precariedades, en un
tris del descalabro con que se impone la pegajosa
separatidad de los desencuentros.
Dos
versiones del Tercer Mundo: El obsceno pájaro de
la noche, de José Donoso y Esperando a los bárbaros,
de J.M. Coetze
Estas
dos novelas, aunque básicamente diferentes,
tienen algo en común. Ambas han sido concebidas
en el contexto de países del tercer mundo y
se pueden leer en ese contexto. En el caso de la novela
de Coetze, y a diferencia de la obra de Donoso, la
novela tiene una forma estándar; el espacio
muestra las separaciones paradigmáticas de
un mundo colonial. La construcción de caracteres
y su conciencia también es homogénea.
La narración se limita al punto de vista del
personaje principal que básicamente narra sus
peripecias, que son la novela.