LA CEBRA QUE SE RALLÓ
Si las mujeres se liberaron de las ataduras del convencionalismo y se tiñeron el pelo del color que más les gustó. Y luego, los hombres no se quedaron atrás y utilizaron sus cabellos para lucir las modas mas estrafalarias. Por qué no lo voy a hacer yo, se dijo, la cebra progresista. Dicho y hecho; y a las rallas verticales que decoraban su corto pelambre le agregó rallas horizontales y muy oronda salió a lucir su nuevo estilo, el cuadriculado.
Hoy se encuentra arrepentida de su gesto liberador. Es cierto que le gustaba juguetear con el macho dominante de la manada y que la utilizara para su distracción y jolgorio, pero ahora él y los demás miembros del grupo no la dejen en paz y la utilizan de tablero para jugar largas y tediosas partidas de ajedrez.
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