Introducción
Hernán
Díaz Arrieta (1891-1984), más conocido en el mundo de las
letras chilenas por su seudónimo Alone, conoció la gloria
en vida, es decir, su trayectoria literaria fue convenientemente homenajeada
por quienes vieron en él un conjunto de condiciones artísticas
no desdeñables. De este modo obtuvo el Premio Nacional de Literatura
en 1959, máximo laurel del mundo literario, fue miembro de la Academia
Chilena de la Lengua y de la Academia Chilena de la Historia, Doctor Honoris
Causa de la Universidad de Chile y recibió múltiples homenajes
a través de la prensa escrita, cuando iba cumpliendo años
de oficio artístico.
Este es un lado de la medalla.
El reverso de la misma no fue igual, por cuanto fue objeto de múltiples
ataques, especialmente, cuando su juicio analítico desbancaba a
los mediocres. Por ahí anda una expresión suya que aniquiló
a un soberbio poeta. Comentando su libro “27 Mujeres en mi vida”,
Alone lo resumió mordaz y sarcásticamente: “Muchas
para amores, pocas para amoríos”.
Su poder fue tal que los libros editados se vendían acorde a la
aceptación o rechazo de su juicio.
EL
HOMBRE
Hernán
Díaz Arrieta nació en Santiago de Chile el 11 de mayo de
1891. Vivió hasta los 12 años en el campo de su abuelo.
Estudió en el Seminario Conciliar. No prosiguió sus estudios
e ingresó, a los 14 años, a trabajar en el registro Civil
de donde jubiló después de 40 años. Murió
a los 93 años de edad.
Permaneció célibe toda su vida.
Quienes le conocieron hablan de su elegancia en el vestir que también
se trasladó a su prosa, meditabundo y serio, de mediana estatura,
atractivo para el mundo femenino, reconcentrado y muy tímido, amigo
de pocos (tuvo gran amistad con Gabriela Mistral y Pablo Neruda), muy
seleccionados, le agradaba un tipo de vida social que eliminaba la muchedumbre.
Voz atiplada y buscando siempre en la tertulia el lado agudo.
Alguna vez le preguntaron cual era su mayor defecto y su mejor virtud.
Respondió:” Mi mayor defecto: tenerlos. Mi mayor virtud:
reconocerlos.”
En otra oportunidad, contemplando la inmensa biblioteca de alguien conocido,
dijo: “¿Qué interesante se vería esta biblioteca
con los libros que faltan”
Hablaba poco y escuchaba mucho, gran arte sin duda, especialmente en la
grey literaria donde los escritores se caracterizan, precisamente, por
desbordar y creerse casos únicos.
Vivió en la misma casa, frente al Parque Cousiño, durante
toda su vida hasta que se le quemó. Primero con su madre, luego
con su hermana Rebeca y finalmente con una sobrina.,
ALONE
Y EL ESTILO
Alone trabajaba
el estilo, dedicaba gran tiempo a pulir la frase, a buscar asociaciones
originales, sin descuidar la melodía, el humor, la sicología,
la política, la religión, etc. Creó la Crónica
Literaria, su gran invento, donde vertía toda la música
de su estilo y que con el tiempo se convirtió en un verdadero Tribunal
de las Letras, pontificando por más de medio siglo sobre la República
Literaria. Su poder fue tan grande que un libro se vendía o no
de acuerdo al juicio de Alone. “ Lo dijo Alone” era la máxima
y el autor, si era recompensado por los adjetivos del cronista, podía
girar a favor. Si no aparecía en su columna dominical, podía
olvidarse del éxito.
Así de simple.
Alone se convirtió, entonces, en el mejor prosista que ha tenido
Chile. No han podido superarlo. Pensamos que ya no será posible,
puesto que la literatura se aleja hacia otros derroteros, donde el escribir
bien no está contemplado como puerto de arribo.
ALONE
EL CRONISTA LITERARIO
El nunca
se creyó crítico. Siempre dijo que era un lector que a otros
participaba del placer o disgusto que le provocaba la lectura.
Pocos le creyeron o entendieron.
Como crítico quedó y como crítico murió. Así
aparece en las historias, en los panoramas, en las semblanzas literarias.
A pesar suyo. El se consideraba un simple cronista literario, un novelista
de libros, que contaba al público como le había ido en esa
aventura que es leer un texto.
Sus crónicas, entonces, eran verdaderas fiestas, donde se gustaba
de un estilo inmejorable, con un humor elegante, fino y sutil, que incluso
arrancaba carcajadas y con un exquisito gusto, que era su medida, su gran
medida y que ha obligado a reconocerlo como uno de los grandes descubridores
de talentos en Chile y, en consecuencia, un soberbio juez que discriminaba
entre la calidad y la ramplonería, entre la mediocridad y la belleza
estética.
Sus flechas hacia los soberbios, los sabihondos, los que piensan que se
las saben todas, eran medidas, justas y daban en pleno corazón.
Nunca le gustó la jerigonza a Alone.
Siempre prefirió dirigirse a sus lectores con palabras sencillas,
como el habla de la calle, sin rebuscamientos, utilizando giros conocidos.
Alone, como Emer Emeth, otro importante de la crítica literaria,
pudo haber dicho “he durado”. Por más de medio siglo
(1921-1978) marcó pautas en las letras nacionales, dictó
una suerte de singular cátedra (el entretenimiento y el hedonismo)
y su voz hoy sigue perdurando, al contrario de sus detractores, quienes
con mayores currículos académicos y mejor conocimiento de
la técnica literaria, no han prevalecido. Lo curioso es que, entre
los dardos que recibió en vida, uno de los más repetidos
era la alusión a su edad: viejo, anacrónico, anciano, terminado.
Sin embargo, vivió más que todos ellos, tanto en la existencia
como en la historia literaria.
Alone se constituyó, merced a su peculiar forma de enfocar la obra
literaria, en el más antiguo de “los críticos literarios”
en Latinoamérica y su nombre fue presentado, muchas veces, como
uno de los Grandes de la Literatura Chilena.
SIGNIFICADO
DE SU SEUDONIMO
El seudónimo
utilizado por Hernán Díaz Arrieta, que significa solo, solitario,
le fue otorgado por el primer amor de su vida, Shade (sombra), una escritora
de cierto abolengo en la clase social chilena. Como un homenaje a ella,
lo siguió utilizado.
EL ESCRITOR
Publicó
su primer libro a los 18 años junto a Jorge Hubner, después
de haber vendido su máquina de escritor. Reconoce entre sus maestros
literarios a los franceses Hipolite Taine, Sainte-Beuve, Ernest Renan,
Anatole France, Maupassant, quedándose con Sainte Beuve y Marcel
Proust entre los favoritos. En la literatura chilena tuvo importante injerencia
en la publicación del libro Crepusculario de Pablo Neruda, con
quien le unió una gran amistad y en la divulgación del libro
Desolación de Gabriela Mistral, por nombrar los más importantes.
.
Como escritor publicó en vida 24 libros:
Prosa y Verso.1909
La Sombra Inquieta 1915
Historia de una obra pía víctima de una obra impía.1927
Portales Intimo.1930
El Lincoln de Ludwig
Panorama de la Literatura Chilena.1931
Las Mejores Páginas de Marcel Proust.1933
Las Cien Mejores Poesias Chilenas.
Don Alberto Blest Gana.1940
Gabriela Mistral.1946
El Congreso de las Academias.1951
Historia Personal de La Literatura Chilena.1954
La Tentación de Morir.1954
Aprender a Escribir.1956
Historia de la Biografìa.1959
Memorialistas Chilenos 1960
Leer y escriir.1962
Los Cuatro Grandes de la Literatura Chilena.1963
Bello en Caracas 1963
Poesias de Jorge Hubner Bezanilla.1966
Antologia del Arbol.1966
Literatura Francesa.1971
En la Batalla Política 1974
Pretérito Imprefecto.1976
Después
de su muerte aparecieron los siguientes libros:
Un secreto
de Alone. Catalina Nieto.1984
Cartas de Alone a una desconocida.Virginia Cox.1985
Alone y Los Premios Nacionales de Literatura. Pedro P.Zegers 1992
Alone y la Crítica de Cine.A.Calderón.1993
El Vicio Impune. A.Calderón. 1997
La Mirada de Proust. 2001
Diario Intimo 2002
Escribió sus crónicas literarias en La Nación y en
El Mercurio de Santiago de Chile, además de otras publicaciones
nacionales e internacionales.
Fue conferenciante, tuvo un programa radial, tradujo varios libros, especialmente
franceses.
BREVE
BIBLIOGRAFIA
Literatura
Chilena del S.XX. Fernando Alegría.1962
Premios Nacionales de Literatura.Miguel Angel Diaz.1994
Evolución de la Crítica en Chile.John Dyson.1965
Prólogo de Leer y Escribir.Enrique Espinoza.1962
Los Expedientes de Filebo. 1965
Algunos de Gonzalez Vera..1967
Mis Contemporáneos.Ernesto Montenegro.1967
Grandes Escritores Chilenos.M.Correa Larraín y E.Cruz Coke.1989
Alone. Cronista Literario.Jorge Arturo Flores.1995 (inédito)
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