EL CENTRO
A cualquier
hora el tráfico irrita
El smog es el dueño de las calles
Y el azote de los globos oculares
Los peatones se miran unos a otros
Enrarecidos
Hay demasiados cuerpos dando vuelta
( involucrados ).
Las vitrinas están llenas
de carnadas
Los vendedores callejeros adelgazan las veredas
Desde sus rincones los ciegos solicitan sus limosnas
Los clientes de los bancos impacientes desesperan.
El sector decae y se retuerce
se atropellan los cuerpos que transitan
Apiñándose en las esquinas como rebaños
Hasta que de repente y con violencia todos se lanzan
como una gran ola de miembros desenfrenados.
Y este mismo ajetreo se repite
Como una grabación
Todos los días.